Florida, 14 sep.- Con 59 años de edad, la floridana Anaisa Martinto Hernández, cuenta con el apoyo de su familia y del padre de los niños para asumir la responsabilidad de cuidar a sus nietos Adriel y Ariadna.
La muerte física de su hija Adriana, una de las gestantes del municipio que falleció por complicaciones relacionadas con la COVID-19, es para ella una ausencia imperecedera, pero a pesar de esta pérdida, Anaisa es ahora una abuela con derechos a quien la vida premió con la posibilidad de ser madre por partida doble.
Su testimonio lo presenta la periodista Marisol León Álvarez en el siguiente reporte.