Londres, 20 oct.- La posición de la primera ministra conservadora del Reino Unido, Liz Truss, al frente del Gobierno se vuelve cada vez más insostenible, tras aumentar hoy los llamados a su renuncia.
Es la única forma de salir de este enredo, aseguró este jueves a la BBC el miembro de la Cámara de los Lores por el Partido Conservador Ed Vaizey, quien consideró que, de no nombrarse a un nuevo líder, esa fuerza política que está en el poder desde 12 años, sucumbirá.
El también diputado tory Crispin Blunt, quien días atrás pidió abiertamente la renuncia de Truss, declaró a la cadena pública británica que la posición de la primera ministra es totalmente insostenible, y debe marcharse hoy mismo.
Su colega y correligionario en la Cámara de los Comunes Simon Hoare se mostró, sin embargo, un poco más magnánimo con la líder del partido, y le dio “12 horas” para enderezar el rumbo de la nave conservadora.
Creo que hoy y mañana serán días cruciales, vaticinó Hoare, quien se autodefinió como una optimista, pero admitió que el pesimismo es el sentimiento predominante dentro de la organización.
La permanencia de Truss en el cargo que asumió apenas seis semanas atrás pende de un hilo debido al caos financiero que generó el controvertido plan económico con el cual pretendía estimular el crecimiento del país y frenar la inflación.
La falta de detalles sobre la forma en que financiaría su histórica rebaja de impuestos, y el temor de que se dispare la deuda pública derrumbaron temporalmente la libra esterlina, y obligaron al Banco de Inglaterra a comprar apresuradamente los bonos del Estado para apuntalar a la divisa británica.
Para apaciguar a sus críticos, Truss destituyó el viernes pasado al ministro de Hacienda, Kwasi Kwarteng, y su sustituto, Jeremy Hunt, enseguida revirtió la mayoría de las medidas fiscales, pero la renuncia la víspera de la ministra del Interior, Suella Braverman, debilitó aún más su liderazgo.
A ello se sumó la conmoción que hubo anoche en la Cámara de los Comunes durante la votación de una moción presentada por los laboristas, que querían debatir la decisión del Gobierno de levantar la moratoria sobre el controvertido método de fracturación hidráulico para extraer el gas y el petróleo de esquisto.
Aunque la propuesta de la oposición fue derrotada, hubo reportes de que varios diputados conservadores que se oponen al ´fracking´ por su posible relación con los terremotos, fueron presionados para votar en contra, so pena de sufrir represalias dentro de la bancada.
Las reglas internas del Partido Conservador establecen que un nuevo líder no puede ser sometido a un voto de confianza hasta un año después de asumido el cargo.
Pero de aumentar el descontento dentro de la bancada, esas normas podrían ser cambiadas, o la propia primera ministra verse obligada a renunciar por no tener el apoyo de sus diputados para gobernar.
Tomado de Prensa Latina