Florida, 23 sep.- El nuevo Código de las Familias que se someterá a Referendo el próximo domingo 25 de septiembre necesita y debe recibir un Sí mayoritario y contundente por parte del pueblo cubano, teniendo en cuenta su extraordinario carácter afectivo, humanista, integrador, inclusivo, solidario y pleno de justicia social.
Casi en la víspera de la votación por la nueva norma todavía es posible encontrar personas con incertidumbres, desconocimiento o desacuerdo sobre alguno de los conceptos incluidos en esta propuesta escrita para regir las relaciones parentales, filiales y afectivas en la sociedad cubana, sin embargo, nuestra recomendación es acercarse a la misma, revisar su contenido, informarse por fuentes fidedignas, esclarecer dudas y comparar cuántos derechos ganaremos a partir de su aprobación.
Cada elector tendrá la oportunidad de verse solo frente a una boleta donde podrá elegir marcar en la casilla del Sí o del No, como un derecho ciudadano respetado por la democracia cubana.
Pero nadie se deje engañar: sería un error terrible y catastrófico que, por dudar de una palabra, de una coma o de un artículo del nuevo Código, usted lo lance a la basura, destruyendo junto a él cientos de oportunidades para gozar de una relación familiar y afectiva más plena, donde rijan la ética, la dignidad, el amor entre todos, la no discriminación y la capacidad de saldar deudas históricas en el marco de esa institución fundamental.
A los que gustan navegar por las redes sociales donde los enemigos de la felicidad del pueblo cubano arrecian campañas de desinformación contra el Sí en el venidero Referendo, les recomendamos pensar con cabeza propia y de manera crítica, con una pregunta sencilla, acompañada por una sentencia milenaria:
¿Por qué tanta rabia de los lacayos del imperio contra esta hermosa propuesta, cuando llevan más de 60 años incitando a la violencia, la desunión y el odio entre los cubanos? ¡Cuándo los perros ladran y con semejante furia tratan de morder amigos míos, debe ser por algo que avanza!
Preferencias políticas, creencias religiosas, insatisfacciones coyunturales y carencias reales no deben atravesarse en el paso del nuevo Código de las Familias, donde cada capítulo, palabra, intención fue redactada pensando en lo mejor para nuestros niños y niñas, para los padres y madres, para los abuelos, abuelas y las personas en situación de discapacidad o discriminadas durante años.
Fue redactado con el ideario martiano sentado en la mesa redactora para que esta norma naciera, creciera y avanzara como lo ha hecho: «Con todos y para el bien de todos».
Sin duda alguna este 25 de septiembre los cubanos pondremos el Sí junto al Apóstol, allí, en lo más alto de la cima del Turquino.