Asesinato de Frank País, Día de los Mártires de la Revolución cubana

La Habana, 30 jul.-  A pesar de la censura impuesta por la dictadura batistiana, la noticia del asesinato de Frank País García (David y otros seudónimos clandestinos), el 30 de julio de 1957, en una calle de su ciudad natal, Santiago de Cuba, se conoció en todo el país.

Jefe de Acción y Sabotaje y miembro de la Dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio, Frank País es uno de los héroes y mártires más queridos de la Revolución. El homenaje a los 20 mil cubanos que perecieron en la lucha antibatistiana se resume en la fecha de su heroica muerte, declarada Día de los Mártires de la Revolución desde 1959.

Nadie pudo impedir que lo vistieran con el uniforme verde olivo del Ejército Rebelde, y llevara sobre el pecho la boina y el brazalete del Movimiento 26 de Julio; tampoco el desbordamiento popular del 31 de julio, el cual llenó más de 20 cuadras en las calles de Santiago de Cuba.

Miles de santiagueros acompañaron su cortejo y una huelga general, espontánea, se extendió por Oriente y otras provincias en abierto desafío al dictador Fulgencio Batista (1952-1958).

HORRIBLE ASESINATO

Frank País se encontraba refugiado en la casa de Raúl Pujol Arencibia (1918-1957), de la Resistencia Cívica santiaguera, cuando supo que los guardias registraban las casas a unas cuadras de allí.

Ambos intentaron escapar del cerco y salieron caminando por la calle San Germán arriba, pero les dieron el alto y al registrarlos, le hallaron una pistola a Frank, a quien identificó un policía que lo conocía; fueron golpeados y ametrallados.

El asesino José María Salas Cañizares, apodado Masacre, lo remató en el suelo, en el lugar conocido por el Callejón del Muro.

Las mujeres fueron con su madre Rosario García Calviño a reclamar el cadáver; un mes antes su hijo menor Josué también había sido asesinado en la misma ciudad.

Entonces Fidel Castro expresó, en carta a Celia Sánchez: «No puedo expresar la amargura, el dolor infinito que nos embarga. ¡Qué bárbaros!, lo cazaron en la calle cobardemente valiéndose de las ventajas de que disfrutan para perseguir a un luchador clandestino. ¡Qué monstruos! No saben la inteligencia, el carácter, la integridad, que han asesinado.

“No sospecha siquiera el pueblo de Cuba quién era Frank País; lo que había en él de grande y prometedor. Duele verlo así, ultimado en plena madurez a pesar de sus 23 años, cuando estaba dándole a la Revolución lo mejor de sí mismo».

Qué de grande e inmortal tenía este joven maestro y poeta, con rostro de adolescente -hijo de españoles- del cual Ernesto Guevara manifestara: «…sus ojos mostraban enseguida al hombre poseído por una causa, con fe en la misma y además, que ese hombre era un ser superior. Hoy se llama, el inolvidable Frank País; para mí que lo vi una sola vez, es así».

HÉROE Y MÁRTIR

Frank Isacc -el mayor de tres hermanos- nació en Santiago de Cuba el 7 de diciembre de 1934, en la Primera Iglesia Bautista de la ciudad donde su padre, el reverendo Francisco País Pesqueira, oficiaba como pastor y su mamá Rosario García Calviño ejecutaba -en órgano o piano- piezas de música litúrgica.

Niño y joven precoz -huérfano de padre a los cinco años-, maestro y poeta, tuvo un alto sentido de responsabilidad y madurez, acentuado por la educación en un ambiente de rectos principios morales y sensibilidad artística.

Pintaba por vocación, cultivaba la poesía, la música aprendida en el hogar -piano y órgano-, amaba la literatura y fue un gran lector apasionado de diversos temas.

Por ser un estudiante brillante cursó con matrícula gratis hasta los dos primeros años del bachillerato y en 1949 -también con altas calificaciones- ganó una plaza en la Escuela Normal de Maestros, carrera que prefirió por vocación y por ser un camino más corto para apoyar la economía familiar.

Se graduó de maestro a los 18 años -6 de julio de 1953-, 20 días antes del asalto al cuartel Moncada por Fidel Castro y sus compañeros. Esa acción lo conmovió profundamente y lo llevó a recorrer los alrededores de la ciudad para socorrer a los revolucionarios sobrevivientes.

Cuando ese año matriculó la carrera de Pedagogía en la Universidad de Oriente, ya era un líder estudiantil destacado. Sus menos de 23 años fueron suficientes para descollar como líder estudiantil, primero, y llegar a ser el alma de la lucha clandestina contra la dictadura de Batista.

Perteneció al Bloque Estudiantil Martiano y creó las organizaciones Acción Revolucionaria en Oriente (ARO) y Acción Nacional Revolucionarla.

Desarrolló Frank País una amplia estructura para la acción, a la cual incorporó numerosos jóvenes estudiantes y obreros, y buscó el apoyo de personas de todas las edades y sectores sociales. En 1955 ingresó en el Movimiento 26 de Julio.

Organizó en 1956 el levantamiento del 30 de noviembre en Santiago de Cuba, en apoyo al desembarco de la expedición del yate Granma, y resultó una especie de cordón umbilical que salvó, reforzó y abasteció al naciente Ejército Rebelde, el cual pasaba por las manos de Frank (David) en Santiago de Cuba y de Celia Sánchez (Norma) en Manzanillo.

La obra de David trascendió más allá de su asesinato por los cuerpos represivos.

(PL)

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