Mayo, 2024.- El 22 de mayo de 1903 se firma en La Habana el Tratado Permanente entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos, para precisar las relaciones futuras de ambos países y que solo podía ser modificado por mutuo acuerdo de las dos partes, sobre todo del poderoso vecino del norte.
Este lesivo documento reproducía los siete primeros artículos del Apéndice Constitucional, la Enmienda Platt, y consolidaba la dependencia de la naciente república a la vecina potencia, consentía a Washington su derecho de intervenir siempre que lo entendiera, mantener las bases navales, y dejaba abierta la posibilidad de que la otrora Isla de Pinos dejara de ser territorio cubano, entre otras concesiones.
El Tratado Permanente firmado entre Cuba y los Estados Unidos por el gobierno de Tomás Estrada Palma no significó más que establecer sobre bases jurídicas los ocho artículos de la Enmienda Platt, sino la formalización de las relaciones de dependencia y subordinación política delineada por el imperialismo durante el período de ocupación militar de la isla y que el primer presidente sumiso y entreguista se encargó de cumplir al pie de la letra.
La firma de este oneroso tratado, que señalaba cómo serían las relaciones entre Cuba y Estados Unidos al cese de la ocupación militar, resultó una jugada maestra de la diplomacia yanqui y significó, además, un cambio de disfraz de la popularmente rechazada enmienda, sin abandonar su condición leonina.
En 1934, y como resultado de la resistencia popular y revolucionaria de los años anteriores contra el apéndice constitucional, el gobierno de Carlos Mendieta negoció con EE.UU. la suspensión de la Enmienda Platt y se suscribió otro tratado que, si bien no reconocía el derecho a intervención, ratificó la permanencia de la Base Naval de Guantánamo, sin fecha límite de tiempo.
La historia ha demostrado que ese enclave norteamericano en suelo cubano no solo sirvió para agredir a Cuba, también a otros países de América Latina y el Caribe, y en los últimos años se convirtió en una prisión ilegal norteamericana donde se ponen en práctica las más horrendas torturas, en violación flagrante del derecho internacional.
De ahí el reclamo indeleble del gobierno y el pueblo cubanos porque se retiren las tropas yanquis de la bahía de Guantánamo, territorio ilegalmente ocupado, con el amparo del Tratado Permanente de Relaciones entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos, firmado hace ya 122 años.
