Florida, 20 dic.- La historia de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar, junto a otras estructuras de producción agraria y de liderazgo en Florida, tienen una deuda impagable con Julio Madera Miranda, conocido como Julito en el ámbito agropecuario local.
Con 76 años de edad, Madera Miranda defiende, todavía, con uñas, dientes, sudor y sentido de pertenencia, el patio productivo El Madero, al que dio vida en 1997 y para el cual, a base de empeño y compromiso, conquistó la condición de Triple Corona de Excelencia otorgada por el Grupo Nacional de la Agricultura Urbana.
Unidad escuela y sitio agroecológico por excelencia, El Madero de Julito es digno de figurar en los anales de la eficiencia agrícola de Florida, y su dueño, por cuyas venas corre la misma sangre del hermano mártir en el Asalto al Cuartel Moncada José de Jesús Madera Rodríguez, merece muchos más reconocimientos y honores como premio a su constancia, compromiso y respeto al pueblo.
Ya Julito no cuenta con la misma salud de hace cinco lustros, pero sigue al pie del cañón, o del surco: sembrando, cultivando y comercializando lechugas, pepinos, acelga, ajíes, plátanos, fruta bomba y tomates para la mesa de cientos de familias floridanas.
Un trago de rondel bueno, de vez en cuando, y un cigarrillo, en contra de la voluntad de su médico, constituyen los únicos gustos o distracciones que se permite Julito entre cantero y cantero plantados cada jornada, mientras le saca presión a la caldera protestando por cualquier motivo y da la bienvenida a visitantes ocasionales que gozan de su fiel amistad y confianza.
Este es, grosso modo, un retrato urgente, al carbón, de Julio Madera Miranda, el emperador de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar en esta demarcación, un hombre honesto, leal y ejemplo para muchos en la importante tarea de producir alimentos.
Muchos han pasado, se han ido, lo han ignorado también, pero él sigue allí, firme como un tronco de la mejor madera. Honor a quien honor merece.