La familia: el mejor espacio para el envejecimiento activo y saludable

El reto está en lograr que la población de 60 años continúe siendo protagonista de su vida, y contribuya al desarrollo económico, social y político de la nación. Foto: Dunia Álvarez Palacios

Florida, feb.- No siempre los adultos mayores reciben el trato y la consideración que merecen por parte de las familias; existen casos que no cuentan con personas, son maltratados o abandonados por sus parientes o renuncian a vivir con ellos por falta de reconocimiento.

Algunos de los criterios o quejas más recurrentes señalan a la soledad, la falta de aceptación, el desafecto como los principales problemas.

En una sociedad socialista como la nuestra, el Estado y el Gobierno están al tanto de estas realidades y mantienen una preocupación constante por lograr un envejecimiento satisfactorio y la mayor calidad de vida para las personas de la tercera edad, y el nuevo Código de las Familias cubanas representa, sin duda, la muestra más reciente e integradora de esa voluntad.

Con esta norma, aprobada recientemente por la mayoría de la población electoral cubana, el Derecho se refuerza para transformar la realidad y dar protección jurídica a los ancianos, abuelos y abuelas ante situaciones desfavorables o limitaciones que se manifiestan en no pocas familias cubanas que olvidan su rol en el cuidado y amparo de los adultos mayores.

El Código vigente proscribe todas las manifestaciones de discriminación y violencia a las que pueden estar expuestas las personas de este grupo etario dentro de las relaciones familiares y sociales.

Entre las cuestiones relevantes que contempla se encuentra la figura de la guarda de hecho, referente a la posibilidad de que una persona sin designación judicial o administrativa, o sea, de forma voluntaria, se encargue de velar por el bienestar del anciano, aspecto que evita situaciones de abandono.

No obstante, y aun cuando el cuidador es fundamental en el sistema, las instituciones y las redes de apoyo familiar y otras tienen que funcionar de manera eficiente.

Otros beneficios del nuevo Código de las Familias previenen la entrada no deseada del anciano a centros de acogida o especializados, pues permite que el adulto mayor se integre a grupos familiares, o su atención se realice por cualquier individuo, junto a quien puede formar un núcleo.

Las nuevas reglas del vínculo entre las familias abordan, asimismo, y como novedad, la autorregulación de la protección futura: la posibilidad de decisión sobre procederes médicos, lugar de residencia, situaciones de vida y de trabajo, junto a otros aspectos, para organizar el envejecimiento en caso de no ser posible hacerlo directamente en el futuro, con vistas a garantizar autonomía e independencia y derechos de la ancianidad.

Cuando cumple bien su encargo, la familia proporciona a los más viejos amor, seguridad y un enorme apoyo emocional, y está llamada a ser el mejor espacio para favorecer el envejecimiento activo y saludable.

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Acerca de Pedro Pablo Sáez Herrera

Licenciado en estudios Socioculturales de la Universidad de Camagüey. Diplomado en Periodismo. Labora como periodista en Radio Florida atendiendo sectores como Salud Pública, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, Trabajo y Seguridad Social, entre otros. Contactos: Twitter: @SanPPZeta Facebook: Pedro Pablo Sáez

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