La Habana, 25 ago.- Esa sensación de libertad plena, esa magia que es la inocencia y la dicha de tenerla, solo se experimenta cuando se es niño. Ellos encierran todo lo bueno, noble y puro de este mundo. Es por eso que tenemos el deber de regalarles únicos momentos, llenos de juegos y risas.
No importa cuán ocupados estemos o dura sea la situación. Se lo debemos a esos pequeñines y al verano. Basta mirarlos, ahora, en un parque de La Habana.
Mi tatuaje. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.
Veraneando. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.
Niños disfrutan de paseos a caballo en el zoológico de 26. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.
A correr. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.
El parque inflable. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.
¿Te llevo? Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.
Llegó la caballería. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.
La vuelta al mundo con dos timones. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.
Escalada al cielo. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.
(CubaDebate)