La Habana, 28 jun.- La explosiva destrucción que provoca un tornado cuando toca la superficie de la tierra, se considera entre los sucesos más violentos en la naturaleza. Miles de estas tormentas con vientos muy fuertes golpean diferentes regiones de los Estados Unidos y ocasionan la muerte de hasta 50 personas cada año, aunque en el pasado la tasa de víctimas mortales por estos fenómenos ascendía a varios centenares. Durante décadas el temor que provocaban estas tormentas no provenía solo de la destrucción que dejaban a su paso, sino del miedo a lo desconocido.
Hoy los meteorólogos en esa región geográfica pueden avisar hasta 11 minutos antes de su aparición, pero en el pasado no había aviso alguno. Los afortunados lo veían con el tiempo justo para buscar refugio. Comprender y predecir los tornados, ya es una búsqueda científica en marcha y en el último medio siglo se han logrado significativos progresos, siempre y cuando se cuente con la tecnología necesaria para ello, tema este en el que nuestro país aún no está en la delantera.
La mayoría de los tornados en Estados Unidos se forman en primavera, entre los meses de marzo a junio, cuando el aire cálido y húmedo proveniente del Golfo de México se encuentra con el aire frío que llega desde el Ártico y el seco que baja desde las Montañas Rocosas. El resultado son supercélulas, que se convierten en enormes tormentas en rotación y dan lugar a poderosos embudos que arrasan a su paso. Suele llamárseles mesociclón, pero aún constituye una laguna de la ciencia actual, saber cuándo se convierte en ello una nube de tormenta.
Actualmente resulta casi imposible predecir qué tormenta originará un tornado o no. Durante la temporada de tornados arriban cientos de radares móviles a Norman, Oklahoma, normalmente dirigidos por el Laboratorio Nacional de Tormentas y la Universidad de Oklahoma. Ello se hace con el objetivo de conocer los valores reales del viento que hay en estos torbellinos, los que superan ampliamente la fuerza de un Huracán. El hecho de tener que perseguirlos convierte a los científicos de hoy en cazadores de tornados.
Si bien es cierto que la pasión por conocer y guardar en video o foto la ocurrencia de un fenómeno de este tipo nos lleva a correr un gran peligro, también es de vital importancia proteger su vida y no exponerse ante ellos, ya que pueden provocar una estela de destrucción jamás imaginada. Por ello le recomendamos que no se acerque a una zona donde se esté formando un tornado o ya esté en desarrollo, observe muy bien la dirección que lleva su desplazamiento y tome usted un camino que no coincida con la línea de trayectoria del mismo, solo así podrá salir ileso de sus embates. Es un consejo de los meteorólogos cubanos para estos casos.
(CubaDebate)