Primera gran celebración del 26 de Julio en Cienfuegos, Cuba (1984)

Cienfuegos, Cuba, 7 jun.-  La provincia de Cienfuegos, en el centro-sur de la Isla, fue escogida como sede del acto central por el 69 aniversario del asalto al cuartel Moncada el próximo 26 de julio, cuarto merecimiento de ese tipo.

El Buró Político del Comité del Partido Comunista de Cuba confirió por primera vez tal reconocimiento al territorio en 1984, ocho años después de convertirse en provincia, a tenor con la nueva División Política Administrativa aprobada por el Primer Congreso del PCC en 1975, e implementada un año después.

El mayor estímulo para el pueblo revolucionario de la provincia agasajada lo constituía contar con la presencia del líder histórico de la Revolución, Fidel Castro, y escuchar sus palabras “en vivo”.

La mayor concentración popular que recordaba esta ciudad capital, en una improvisada explanada frente a la Avenida del Malecón, fue testigo del reconocimiento de Fidel a la labor transformadora de la joven provincia.

Como invitado especial a la celebración asistió el líder africano Jerry Rawlings, presidente del Consejo Provisional de Defensa de la República de Ghana. También estuvieron presentes delegaciones de Nicaragua y la antigua República Democrática Alemana.

CITA CON LA HISTORIA

Antes de enumerar los logros de la entonces provincia más pequeña del país en extensión territorial, Fidel se refirió a las raíces históricas del proceso revolucionario en Cienfuegos.

“La historia de Cienfuegos es rica en hechos y en luchas por la independencia de nuestra patria y la Revolución. Ya desde el inicio de la primera guerra de independencia, en 1868, los patriotas cienfuegueros se levantaron en armas”, dijo Fidel en el prólogo de su discurso.

Mención especial dedicó al general de la primera guerra independista (1868-1878) José González Guerra, por quien manifestó su admiración y alertó que no era suficientemente recordado ni conocido. Sobre la participación de Cienfuegos en las luchas revolucionarias durante el período de la República Neocolonial, Fidel rememoró un hecho en que él tuvo participación personal, cuando el 12 de noviembre de 1950 tras apoyar una protesta estudiantil en esta ciudad, fue detenido por el Ejército y remitido al Tribunal de Urgencia de Santa Clara (centro), acusado de “agitador y subversivo”. Especial atención le dedicó en el discurso a la sublevación popular contra la dictadura de Fulgencio Batista que tuvo su principal escenario en Cienfuegos el 5 de septiembre de 1957, mientras el Ejército Rebelde sostenía la lucha armada en las montañas de la Sierra Maestra.

“El 5 de Septiembre, como el 26 de Julio, no alcanzaron la victoria, pero prepararon el camino de la victoria. Por ello, cuando marchábamos de Oriente hacia la capital, en los primeros días del mes de enero de 1959, nos desviamos de la ruta para visitar a Cienfuegos”, recordó en su primer homenaje al acto de heroísmo de los combatientes urbanos.

AVANCES EN LA INDUSTRIALIZACIÓN

Fidel Castro destacó los avances de la provincia en la industrialización, y resaltó que ese proceso la Revolución lo comenzó aquí con una mediana fábrica de motores diésel y compresores, inaugurada en 1964 por el comandante Ernesto Che Guevara, a la sazón ministro de Industrias.

A continuación, enumeró las fábricas que fueron marcando la geografía cienfueguera en los años posteriores: fertilizantes nitrogenados, cemento, elementos de riego por aspersión, planta termoeléctrica, glucosa, harina, piensos, complejo lácteo, embotelladora de agua, frigorífico agropecuario, terminal portuaria de azúcar a granel, combinado pesquero-industrial y tres plantas de elementos prefabricados para viviendas.

El líder de la Revolución destacó las dos obras gigantes que se edificaban en esa fecha, la central electronuclear de Juraguá (cuya construcción se paralizaría en 1992 tras el desplome de la antigua Unión Soviética) y la refinería de petróleo.

ESFERA SOCIAL

Tal empuje económico iba acompañado por similar desempeño en la esfera social, resumió el Comandante en Jefe al enumerar en primer lugar los logros en el campo de la salud pública, al cual la Revolución le había aportado en un cuarto de siglo 54 nuevas instituciones sanitarias, incluido un moderno hospital provincial con más de 400 camas.

“El índice de mortalidad infantil, en el primer semestre de 1984 -y como resultado de un excelente trabajo-, se redujo a 11.8 por cada mil nacidos vivos, que es tan alto como el de los países más desarrollados”, ilustró con cifra.

En la educación superior, terreno desconocido antes de 1959, se había pasado a cuatro centros universitarios, incluida una Facultad de Ciencias Médicas, y una matrícula de cuatro mil estudiantes.

DEFENSA FORTALECIDA

En la parte conclusiva de su intervención de más de dos horas, el jefe del Estado cubano repasó la situación del mundo, en una época marcada por el auge del conservadurismo de la administración de Estados Unidos, encabezada por Ronald Reagan, y la consiguiente y desmesurada carrera armamentista.

La Guerra Fría estaba en su apogeo, en el área latinoamericana caribeña se encontraba muy reciente la invasión estadounidense a la pequeña isla de Granada, su política intervencionista ante el proceso revolucionario en Nicaragua y el auge de las guerrillas en El Salvador.

“Nosotros no amenazamos a nadie, no podemos amenazar a nadie, y resulta verdaderamente risible cuando se escucha a algunos voceros del imperialismo hablar de que El Salvador es una amenaza para Estados Unidos, de que Nicaragua es una amenaza para Estados Unidos, o que Cuba es una amenaza para Estados Unidos.

“Es risible, porque constituye un absurdo materialmente imposible en el terreno militar”, apuntó.

Dijo que Cuba no sobrestimaba ni subestimaba sus fuerzas, que estaba dispuesta a combatir, pero no temía a conversar y a discutir (con Estados Unidos).

“Frente a las agresiones y las amenazas, lo que hemos hecho es fortalecernos. Hoy somos mucho más fuertes que hace tres años, sin discusión. Nuestras Fuerzas Armadas han realizado un extraordinario esfuerzo para elevar la capacidad combativa de las tropas, la preparación de los cuadros, incrementar el potencial de fuego y asimilar nuevas armas”, resumió al abordar el histórico enfrentamiento político con el vecino del Norte.

Como parte de la doctrina militar de la Guerra de Todo el Pueblo, el país había organizado en los 12 meses anteriores otro medio millón de combatientes en las filas de las Milicias de Tropas Territoriales, que ya alcanzaban un millón 200 mil efectivos e incrementaban el potencial de las Fuerzas Armadas y sus unidades regulares.

(PL)

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