Florida, 19 abr.- La pandemia provocada por el nuevo coronavirus llegó para imponer nuevos retos a un pueblo que, como lo demostró en la epopeya de Playa Girón hace ya 61 años, no se rendirá jamás ante los peligros y mantendrá la unidad en torno a la Revolución y a su liderazgo en busca de la victoria en cada escenario de batalla.
Cada prueba por la que atraviesa la nación enseña a aprovechar toda la reserva de inteligencia, conocimientos, voluntad, disciplina, productividad y confianza de los ciudadanos en misiones fundamentales como el autocuidado de la salud, la producción de alimentos, el ahorro de energía eléctrica y otros recursos, el adecuado comportamiento social, la prevención del delito y la defensa incondicional de los principios del socialismo y la obra de Fidel.
La histórica victoria de Playa Girón se renueva como el mejor ejemplo de cuánto puede lograr un país pequeño con un pueblo gigante si se propone levantar las banderas de la independencia, la soberanía y la dignidad ante los desafíos más colosales.
Lo primero es no rendirnos jamás, acrecentar la esperanza y mantener la unidad de todo el pueblo. Imposible no recordar al Líder histórico de la Revolución a esta hora, no solo por su papel de guía y artífice indiscutible de la Victoria de Girón y tantas otras batallas, sino por su confianza en los jóvenes y en la continuidad del proceso político cubano.
Así lo demostró más de una vez cuando al hablar sobre la referida transición generacional en Cuba aseguró: «ha sido una suerte que los que hicieron la Revolución hayan formado al resto de las generaciones; gente con muchos méritos en la ciencia y en la técnica, intelectuales, maestros y héroes del trabajo, y las ideas que defendemos son, desde hace mucho tiempo, las ideas de todo el pueblo».
Esos ideales se multiplicaron desde Playa Girón, y vibran en cada ciudadano digno que hoy levanta, defiende y engrandece a la Patria.
