El 12 de noviembre de 1959 es asesinado por un traidor en Ciudad Libertad, el comandante revolucionario Cristino Naranjo Vázquez, hombre de origen humilde que al quedar huérfano de madre desde los ocho años comienza ayudar al sostén de la familia al incorporarse a las labores agrícolas junto al padre.
Después del desembarco del yate Granma Cristino define su filiación política y se convierte en un activo simpatizante del Movimiento 26 de Julio y junto a otros jóvenes y luchadores recogía dinero y explosivos que enviaba a la Sierra Maestra para los combatientes del Ejército Rebelde.
En agosto de 1957, logra unirse a la guerrilla y desde el ataque al cuartel de Bueycito combate bajo las órdenes del Che Guevara y participa en los combates de El Hombrito, Pino del Agua, La Liberia, Mar Verde y El Alto de Conrado; para ese entonces estaba identificado como combatiente revolucionario, y guardias del ejército batistiano quemaron la vivienda donde vivía su familia.
Durante la ofensiva de la tiranía contra el núcleo de la guerrilla rebelde desarrolla una intensa labor en el territorio con sabotajes a las vías férreas y de comunicaciones, interfiere los refuerzos que el ejército de Batista envía para la Sierra Maestra y los asedia en los cuarteles.
En marzo de 1958, acompañando al entonces capitán Camilo Cienfuegos pelea por Bayamo, La Estrella y el Yaguabo; entre las acciones combativas que dirigió hasta el triunfo definitivo sobresalen los ataques a los cuarteles de Jiguaní, San Germán y Cacocum, y el 2 de enero de 1959, la toma de la cárcel y el ayuntamiento de la ciudad de Holguín, que fungía en el histórico edificio La Periquera.
En los días iniciales de febrero de 1959, Cristino Naranjo recibió la orden de Camilo Cienfuegos de unírsele con su tropa en la capital del país, donde lo designó como jefe del Batallón de Seguridad del Estado Mayor del Ejército Rebelde.
Cristino Naranjo figuró entre los oficiales que, dirigidos por el Héroe de Yaguajay, aplastaron la conspiración contrarrevolucionaria de Hubert Matos Benítez, en Camagüey, y al desaparecer Camilo en el pequeño avión Cessna 310 participó incansablemente en su búsqueda. Víctima de una traición Cristino Naranjo fue asesinado junto a su chofer Luis Nieves Peña el 12 de noviembre de 1959; póstumamente fue ascendido al grado de comandante.