El 6 de noviembre de 1903 fallece en La Habana Diego Vicente Tejera Calzado, poeta, periodista, ensayista, crítico literario, político e independentista que forma parte de la pléyade de intelectuales cubanos cuya obra literaria no puede separarse de su vida y acción política y revolucionaria.
Nacido en Santiago de Cuba en 1848, tuvo acceso a una educación esmerada, que inició en el Seminario de San Basilio el Magno y continuó luego en el Instituto de Segunda Enseñanza; y en la adolescencia acompañó a su padre a Puerto Rico, de esa isla partió hacia Nueva York y más tarde viajó por numerosos países de Europa, incluido España, donde pretendía formarse como médico, pero su espíritu emancipador lo llevó a involucrarse en los movimientos antimonárquicos peninsulares.
Al regresar a Puerto Rico, se vinculó al movimiento revolucionario de Lares y cultivó una estrecha amistad con el prócer Ramón Emeterio Betances; y enviado por su familia a Venezuela retoma los estudios de Medicina, pero llevado de su ímpetu vuelve a tomar parte en los acontecimientos políticos que se sucedían a su alrededor.
Desde 1875 estableció contacto con compatriotas que residían en Nueva York y llegó a director del periódico La Verdad, órgano de la emigración cubana en esa ciudad; luego de la firma del Pacto del Zanjón, se movió entre Estados Unidos y México, donde laboró como redactor varias publicaciones periódicas, y de regreso a La Habana, en 1879, se vincula a los círculos literarios de la época, llegando a convertirse en vocal de la Sección de Literatura del Liceo Artístico y Literario de Guanabacoa, dirigida entonces por José Martí, con quien establece una fuerte y constante relación.
Diego Vicente Tejera se inscribe en la historia de la Mayor de las Antillas como uno más de los nombres que unieron intelectualidad con accionar patriótico y revolucionario; fundó en 1899 el Partido Socialista Cubano, el primero de su tipo en la Isla, y en un año después el Partido Popular agrupación que representó en la Convención Constituyente de 1901, agrupaciones que constituyen los esfuerzos primeros por dotar a las fuerzas populares de una representación política en la nueva época.
Junto a Agustín Martín Veloz (Martinillo) y Carlos Baliño, Diego Vicente Tejera integró la trilogía de patriotas que en los albores de la neocolonia se entregó a la causa de los trabajadores cubanos con sentido clasista, a su preparación teórica y a la fundación de las primeras organizaciones políticas partidistas.
En Cuba y otros países donde residió publicó varias obras literarias entre las que se incluyen Un sistema social práctico, sus grandes líneas, y dos libros de poemas, Consonancia y La muerte de Plácido.
