Cuando surge en el cielo una estrella, dicen los entendidos, que ha nacido un elegido. Así fue, un 13 de agosto de 1926, una estrella lucía fuerte en el cielo de Birán, Holguín, indicando la llegada de Fidel Castro Ruz, hace exactamente 98 años.
Todo cambiaría. Llegaba para luchar contra las injusticias, para cambiar el rumbo de la historia, para sembrar las semillas de la solidaridad, del amor, de la ética, del cariño, de la palabra cierta en los momentos más difíciles para toda la humanidad.
Desde el Moncada, su primera acción revolucionaria junto a los compañeros que lo seguirían por todo la vida, aunque algunos quedaran en el camino cumpliendo su deber con la Patria, su prisión en Isla de Pinos después del Moncada cuando escribió “La historia me absolverá” y lo absolvió muchas veces, al exilio en México, donde se preparó para retornar a la lucha en un pequeño yate “El Granma, desembarcó en playa las Coloradas, luchó dos años en la Sierra Maestra, hasta la victoria definitiva en 1959, derribando al dictador Fulgencio Batista. De esta manera Fidel, vestido de verde olivo inolvidable, caminó hacia la consolidación y soberanía de Cuba.
Aprendimos a quererlo, decidido, fuerte, arrojado como suelen ser los hombres que luchan toda la vida y son los imprescindibles – citando a Berthold Brecht.
Luchamos a su lado en todas las luchas posibles. Fuimos construyendo un mundo de ciencia y conocimiento como era su deseo mayor. Su liderazgo derrumbó todas las fronteras llevando la posibilidad de un mundo mejor, sin hambre, sin explotación de ningún tipo, sin prejuicios sin ignorancia. Cada uno de los que tuvieron el privilegio de conocerlo, convivir o aprender con su legado hicimos grandes o pequeñas cosas en defesa de la humanidad.
Fidel, transformó el cotidiano en extraordinario como solía decir el Che Guevara.
Compañero Comandante, su cumpleaños es un día especial. Siempre estaremos de fiesta, Cuba y nosotros en el continente latinoamericano. Es nuestro anhelo que en algún lugar de las galaxias reciba un abrazo repleto de cariño y un beso tiernamente humedecido en grandes dosis de amor.
Agradecemos sus enseñanzas, su desprendimiento, su comprensión su forma extraordinaria de entregarse. Usted estará presente por siempre, principalmente sus sueños.
Rio de Janeiro, 13/08/2024.
Tomado de Cubadebate