Mayo, 2024.- El calor del verano, los apagones reiterados y la necesaria higiene de los alimentos conforman, ahora mismo, una ecuación peligrosa cuyos elementos deben ser balanceados con cuidado para evitar intoxicaciones y daños gastrointestinales, sobre todo en niños y adultos mayores.
La correcta elaboración de las comidas y el cuidado de la higiene en ese vital proceso son fundamentales, así como la debida conservación de los productos cárnicos y otros a temperaturas adecuadas cuando se decida almacenarlos para el consumo posterior.
De acuerdo con recomendaciones de los especialistas, entre las medidas más importantes a vigilar en la cocina, en la actual etapa, sobresalen lavarse las manos antes de manipular los alimentos, y hacer lo mismo con las frutas y verduras frescas que se ingieren sin ningún proceso de cocción.
De igual manera es esencial ofrecerle a cada preparación el tiempo y la temperatura adecuada cuando se cocinan al fuego, sobre todo en las carnes para eliminar gérmenes que puedan alojarse en su interior; y luego de la ingesta, si quedaran algunas porciones, resguardarlas de forma oportuna en el refrigerador o la nevera.
Los expertos también alertan del riesgo de mantener los alimentos expuestos al calor reinante por más de cuatro horas luego de concluida la cocción, con el objetivo de evitar que se oxiden, como sucede fácilmente con las pastas entomatadas y los caldos.
El llamado se incrementa cuando se trata de alimentar a infantes menores de un año, en los cuales la higiene de biberones y otros utensilios empleados en la nutrición deben hervirse y mantenerse limpios y alejados de insectos para evitar las tan peligrosas infecciones diarreicas agudas.
Higiene es salud, dice un viejo refrán; y en el caso de los alimentos la prevención tiene que ser mucho mayor en las condiciones de calor e inestabilidad en el funcionamiento del refrigerador de la familia.
