Florida, 10 abr.- El 10 de abril de 1892, en el aniversario de la Constitución de Guáimaro, José Martí proclama la creación del Partido Revolucionario Cubano (PRC) con el objetivo de lograr la independencia de Cuba y contribuir a la de Puerto Rico, lo que constituyó, de hecho, la más radical formulación política del ámbito latinoamericano.
Fue el Apóstol de la Independencia Cubana, José Martí Pérez, el primero en organizar un partido único para dirigir una lucha cuyo fin sería, como lo proclamó en sus bases, “ordenar la guerra generosa y breve, que asegure en la paz y el trabajo la felicidad de todos los habitantes de Cuba”.
El Partido Revolucionario Cubano logró unir a los patriotas que habían luchado por la independencia de Cuba durante muchos años; su base social estuvo integrada por obreros emigrados que, centavo a centavo, contribuyeron a reunir recursos para sufragar los gastos de la contienda que estalló el 24 de febrero de 1895.
Este primer partido antiimperialista de la historia cubana gesta un programa que, además de tener como tarea inmediata la independencia de Cuba y Puerto Rico, preveía la instauración de una República laboriosa y justiciera.
El artículo tres de las bases, redactadas por José Martí, destaca que: “el Partido Revolucionario Cubano allegará, sin compromisos inmorales con pueblo u hombre alguno, cuantos elementos nuevos pueda, a fin de fundar en Cuba (…) una nación capaz de asegurar la dicha durable de sus hijos y de cumplir, en la vida histórica del continente, los deberes difíciles y su situación geográfica le señalan”.