Madrid, 26 mar.- El odio a priori es racial, pero en el trasfondo están las pasiones del fútbol que intentan justificar lo injustificable: España tiene un problema y se llama Vinicius Junior.
Las lágrimas sinceras ayer de un chico brasileño de apenas 23 años que desde que llegó a España ha sufrido todo tipo de ofensas e insultos enfocados en el color de su piel, tienen un impacto tremendo antes del partido amistoso esta noche en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid.
Aunque de forma bastante mayoritaria los principales medios de prensa cerraron filas en contra del racismo, del hostigamiento permanente al delantero canarinho del Real Madrid, otros persisten en colocar al jugador como un provocador.
Ni siquiera el hecho de que futbolistas como Nico Williams (Athletic Bilbao) y Lamine Yamal (Barcelona), se hayan sumado a una foto junto a Vinicius y Rodrygo Goes para denunciar y condenar el racismo, aplacó comentarios de dudosa catadura moral.
En el diario catalán Sport, David Bernabéu ofreció una columna bajo el título de Vinicius tiene un problema, y no es el racismo. De mil maneras, intenta probar que lo que ocurre en España es fruto de la actitud del jugador y lo contrasta con Leo Messi cuando le decían subnormal cuando estaba en el Barcelona.
Abierto defensor a ultranza de los azulgranas, enemigo declarado del Real Madrid, este comentarista minimizó las ofensas que recibe Vinicius en el país ibérico, desde mono, chimpancé, muérete, tonto, o negro de mierda.
Afortunadamente, el criterio de este y otros periodistas catalanes son minoría y en un espacio de mucho impacto, como el Partidazo de Cope, su conductor Juanma Castaño, hizo una disección del asunto al detalle y con pelos y señales.
Algo que da más vigencia a lo ocurrido la víspera, cuando Vinicius rompió a llorar en rueda de prensa con frases como esta: solo quiero jugar al fútbol y nunca ver sufrir a las personas negras.
Preguntado varias veces por el racismo, el delantero del Real Madrid que este martes vestirá los colores de Brasil en el amistoso contra España aquí, no pudo contener las lágrimas al reconocer cuán duro para él está siendo el proceso de asimilar los insultos que recibe repetidamente.
“Cada vez me siento más triste, nadie me está apoyando. El problema que existe en España es que el racismo no es delito. A mi padre también le pasaba, escogían a un blanco antes que a un negro», recalcó el brasileño de 23 años.
Después de reponerse en la conferencia previa al encuentro y recibir el aplauso de los periodistas, se mostró firme y tajante respecto a su futuro.
Nunca he pensado en irme de España, porque hacerlo sería dar a los racistas lo que ellos quieren. No voy a irme del mejor club del mundo. Voy a seguir firme y fuerte, porque el presidente y el equipo me respaldan, sentenció.
Tomado de Prensa Latina