El disco ha sido merecedor del Grammy Latino 2022 y el Gran Premio Cubadisco 2023.
Cuando asistimos al concierto con la música de un disco que ha sido previamente honrado con galardones como el Grammy Latino 2022 y el Gran Premio Cubadisco 2023, se nos permite ser nuevamente testigos de la magnificencia que distingue a dicha obra.
El pasado fin de semana, con una sala Avellaneda del Teatro Nacional desbordada de público, tuvo lugar el estreno mundial del concierto Ancestros Sinfónico, en el que los principales protagonistas, Carlos Alfonso, Ele Valdés, Eme Alfonso y x Alfonso, junto al resto de los integrantes de Síntesis como María del Carmen Ávila, Yaime Karel, Pepe Gavilondo y Sergio Cardoso –además del Coro Nacional de Cuba dirigido por la maestra Digna Guerra, y la Orquesta Sinfónica del Lyceum Mozartiano de La Habana, bajo la dirección del maestro José Antonio Méndez Padrón– nos propiciaron momentos francamente inolvidables.
Si quedamos sorprendidos por la nómina de más de un centenar de músicos en la escena, es porque se trata de un evento de singular magnitud que demanda el desempeño colectivo de los participantes.
Ante el profesional manejo de un audio de excelente calidad, se hizo posible disfrutar del esplendor de los arreglos orquestales que, a cargo de x Alfonso, se traslada de la sonoridad original de Ancestros, con un fuerte acento roquero, al nuevo contexto sinfónico.
Si hace más de tres décadas, Síntesis lograba desacralizar los cantos en la lengua de la música ritual afrocubana, a estas alturas las voces de Carlos Alfonso, Ele Valdés y Eme Alfonso han adquirido un nivel tal de relevancia patrimonial que, sencillamente, resultan imprescindibles en el momento de interpretarse las canciones.
De nuevo, como sucede en cada concierto donde Síntesis toca las piezas de la colección discográfica de Ancestros, el público ovaciona sus preferidas como son Aguanileó Ogguún, Orichaó Babá e Iyamilé Oro, pero en este caso que nos ocupa, aplaude no solo por la belleza de las melodías, sino también por el virtuosismo puesto de manifiesto en una ajustada coherencia entre las voces y los instrumentistas de la orquesta.
No obstante, en esta propuesta, se preserva la salvaguarda de una intención mayor como es la esencia de la identidad que nos une como pueblo.
Si al abandonar el teatro nos retirábamos con la satisfacción de haber disfrutado de un magnífico espectáculo, también en las honduras del alma de cada cual nos llevamos la certeza de que el impacto de semejante música nos hace sentir todavía más fuerte el orgullo de ser cubanos.
Tomado de Granma