EDITORIAL
Los floridanos saldremos a la calle este Primero de Mayo con la certeza de que la Patria necesita las manos y el corazón de cada uno de sus hijos para alzarse por encima de los desafíos del presente, sacudirse el polvo de la hostilidad imperialista y avanzar hacia el futuro con esfuerzo propio por el camino de la unidad, la independencia, la igual de derechos y la dignidad para todos.
Envueltos en los colores de la bandera de la estrella solitaria, miles de trabajadores y sus familias movilizados por los distintos sindicatos marcharán hasta la plaza Ñico López para reclamar ante el mundo el cese del criminal bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de Estados Unidos contra el pueblo cubano, un engendro recrudecido al extremo en los últimos años, en busca de acrecentar el sufrimiento, las carencias, las pérdidas afectivas y la zozobra entre quienes sobrevivimos en este archipiélago.
No obstante, los herederos de la estirpe de gigantes del sindicalismo y del antiimperialismo como lo fueron Alfredo López, Jesús Menéndez y Lázaro Peña se juntarán de nuevo con los hijos de Sabino Pupo y de Niceto Pérez para mostrar asimismo que nada, ni nadie, nos harán retroceder en nuestros principios ni renunciar a la historia y la gloria vividas en los últimos 63 años de Revolución victoriosa.
Constantes, groseros y marcados por el odio y la desinformación han sido los ataques, mensajes y empeños de los enemigos externos apoyados por los mercenarios de adentro en busca de lograr la desmovilización total de nuestra clase obrera y separarla de sus líderes naturales e históricos, para provocar la división entre las masas y facilitar con ello la puesta en práctica de los planes desestabilizadores elaborados, impulsados y pagados por la CIA y la Casa Blanca.
Pero nuevamente se equivocarán con Cuba; se equivocaron en la Sierra Maestra con el apoyo a la dictadura batistiana contra los rebeldes barbudos. Así mismo se confundieron en Playa Girón, en la Crisis de Octubre y en la etapa de los 90, luego de la caída del campo socialista, igual como se quedaron a la espera del caos, el fatídico 11 de julio, y más reciente, en las elecciones municipales y nacionales y en el Referendo desarrollados con éxito en los últimos 12 meses.
Jamás terminarán de comprender el misterio, las convicciones y la sabiduría que nos acompaña.
El heroico pueblo cubano es de estirpe mambisa: curtido en la resistencia y el conocimiento de cuánto pudiera perderse, mucho más que ganar si las garras del águila imperialista se apoderasen otra vez del país y aniquilaran la soberanía nacional, al estilo de lo hecho en Yugoeslavia, Libia, Irak y Afganistán, por solo citar ejemplos dolorosos de intervencionismo yanqui disfrazado de libertad.
Al Día Internacional de los Trabajadores le rendimos tributo con la alegría de siempre, pero conscientes de cuánto falta por hacer para mejorar la economía y la sociedad; con la exigencia de un gobierno más proactivo y cercano a las necesidades de la población; Unidos en la necesaria batalla contra el delito, la corrupción y las ilegalidades, y en el enfrentamiento abierto a los precios abusivos y especulativos impuestos que afectan el bolsillo de la clase obrera.
Ni la mentira, ni los cantos de sirena, ni las carencias coyunturales, ni la desesperanza que pretenden imponer detendrán el paso firme de los floridanos este Primero de Mayo.
Con nosotros desfilarán sin duda las ideas y el ejemplo de Fidel, la confianza infinita de Raúl y la continuidad representada en la entereza y fidelidad del Primer secretario del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
¡A la Patria, manos y corazón, es la consigna que nos convoca y aglutina este Primero de Mayo; es la nueva fórmula socialista para acercar el triunfo sobre la inercia y la desconfianza; ¡es la voluntad suprema de un pueblo dispuesto a defender sus conquistas con la verdad, la libertad y la justicia como principal divisa, y hasta con las armas si fuera necesario!
¡Viva la libertad de la clase obrera!
¡Viva el ejemplo de Fidel y de Raúl!
¡Socialismo o Muerte!
¡Patria o Muerte,
¡Venceremos!
