La Habana, 1 dic.- Cuba llega a este 1 de diciembre, Día Mundial de lucha contra el VIH/Sida, con indicadores que hablan de un trabajo sostenido en la búsqueda de una respuesta integral al VIH y la conciencia sobre la necesidad de visibilizar y trabajar con las desigualdades y brechas existentes en este ámbito, para seguir avanzando en ese propósito.
Los estigmas, estereotipos, prejuicios y otras formas de desigualdad impactan en que las personas accedan eficientemente a servicios de manera general y a servicios de salud en particular, lo cual puede limitar el alcance de las acciones en pos de frenar la epidemia de SIDA, de ahí que este año las actividades por la fecha lleven por lema “Igualdad, la mejor respuesta al VIH”.
Con alrededor de 1 500 casos anuales y una prevalencia que se mantiene en el 0.4%, de acuerdo con el doctor Manuel Romero Placeres, jefe de programa nacional de prevención y control del VIH, la epidemia en la nación caribeña continúa con mayor incidencia en hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH) y en la población trans, que suman el 80,4% del total.
Esos grupos suelen ser más violentados por actitudes discriminatorias, una razón más para asumir la lucha contra las desigualdades como un paso importante en la prevención.
Romero Placeres comentó que el país exhibe indicadores favorables en cuanto a la mujer y mantiene la condición ganada en 2015 que certifica la eliminación de transmisión materno infantil de este virus. Foto: Cubadebate.
En conferencia de prensa, Romero Placeres comentó que el país exhibe indicadores favorables en cuanto a la mujer y mantiene la condición ganada en 2015 que certifica la eliminación de transmisión materno infantil de este virus.
El sistema de salud, junto al Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) se han esforzado mucho durante el año para obtener estos resultados, agregó el directivo, en particular en medio de la difícil situación económica que vive la nación caribeña.
Sin embargo, señaló que a pesar de la amplia cobertura que existe de antirretrovirales, es necesario un trabajo más intenso y coordinado con otros organismos de la administración central de Estado y las redes de la sociedad civil, para lograr incrementar todavía más los por ciento de adherencia al tratamiento.
Nos falta siempre un poco más para lograr que esa transmisión por mala adherencia cada día sea menor, explicó el jefe del programa nacional. Hemos trabajado muy fuerte en que las personas que viven con VIH no mueran de SIDA, y estamos tratando de lograr indicadores de 90-90-90 para el 2026, y de 95-95-95 para el 2030, donde la primera cifra corresponde a quienes saben que viven con VIH, la segunda a los que tienen tratamiento antirretroviral, y la tercera a los que consiguen carga viral indetectable.
“En estos momentos tenemos 86% de las personas que saben que viven con VIH; 95.3% de los que están bajo tratamiento, y 88.6% con carga viral no detectable, cifras muy importantes, y estamos trabajando para terminar el 2022 por encima del 90% en los tres indicadores”.
Romero Placeres remarcó la importancia de que las acciones de prevención y educación no vengan solo del sector de la salud, sino de que haya participación comunitaria en las actividades, única forma de avanzar en estos indicadores y lograr las metas del 2030.
Yoire Ferrer Savigne, subdirector de la unidad de promoción de salud y prevención de enfermedades, Prosalud, junto a Manuel Romero, jefe de programa nacional de prevención y control del VIH.Foto: Cubadebate.
Al respecto, el máster Yoire Ferrer Savigne, subdirector de la unidad de promoción de salud y prevención de enfermedades, Prosalud, agradeció la labor de los más de 18 000 voluntarios que en todo el país participan en acciones de prevención en las comunidades, a través de una educación de pares.
Resaltó la voluntad política del Estado cubano de mantener el VIH como un problema de salud, lo que permite trabajar con una mayor integralidad. “Nuestro plan fundamentalmente se basa en el acceso a la prevención, diagnóstico y prueba; el abordaje integral a la brechas de género, estigma y discriminación; promoción de los derechos, y la participación de los sectores sociales en todo esto”, apuntó.
Ferrer Savigne subrayó la relevancia de centrar los esfuerzos de estas jornadas en los grupos más vulnerables, así como el papel que desempeñan los medios de comunicación en la difusión del mensaje. Insistió en la importancia de llegar con acciones a los lugares donde residen los jóvenes, las escuelas y los centros recreativos, las casas de orientación a la mujer y la familia, las instituciones de salud y a nivel comunitario en aquellos sitios más afectados.
La actividad central será en Villa Clara, una de las provincias que merece un reconocimiento al esfuerzo realizado incluso durante la pandemia, dijo el especialista, quien detalló que la acompañan movilizaciones, intervenciones y actividades vinculadas a ministerios, donde los voluntarios y especialistas desarrollarían tareas de sensibilización.
El colofón del programa, amplió, será la Gala Cultural el 1 de diciembre a las 8:30 de la noche en el Teatro América.
Enfrentar desigualdades en lucha contra el VIH
Estas maneras de conducirse generan incomodidad en esta comunidad y demuestran la importancia de abordar el fenómeno de las desigualdades. Foto: Catalunya Vanguardista.
Ante una pregunta de Cubadebate en relación a la persistencia de los estigmas sobre las personas que viven con VIH, los directivos coincidieron en que si bien pudiera hablarse de una reducción, todavía quedan actitudes desde la prestación de los servicios de salud que tienen un saldo negativo para la lucha contra la epidemia.
Un ejemplo al que hicieron alusión fue que cuando la población trans acude a estos espacios, en ocasiones se encuentra con una actitud reticente dentro de la labor médica, que teme cómo tratar, cómo tocar a esa persona; pues aun cuando forma parte de la práctica médica, el personal sanitario puede estar permeado por dudas e inquietudes provenientes de su aspecto sociocultural.
Estas maneras de conducirse generan incomodidad en esta comunidad y demuestran la importancia de abordar el fenómeno de las desigualdades.
El objetivo, apuntaron, es hacer de los servicios de prestación de salud unos espacios amigables, libres de estigma y discriminación, y trabajar con poblaciones clave, que son cuestionadoras de la heteronormatividad.
Toda iniciativa desde lo asistencial tiene que ir acompañada de estrategias y acciones que desde lo jurídico eliminen las desigualdades, los prejuicios que pueden acentuar estas brechas, remarcaron en la conferencia de prensa, y señalaron que en este sentido el país es afortunado, pues cuenta con las herramientas, los espacios, las instituciones y la voluntad política de ver en la salud pública un primer espacio o la primera cara que recibe y donde es acogida la persona.
Es por ello que esta jornada debe contribuir a que desde esos escenarios comiencen las iniciativas para conseguir que las personas cada vez accedan más a los servicios de salud, porque no se trata solo de trabajar con quienes son positivos, sino y sobre todo, de prevenir, en particular en los grupos de riesgo.
Conferencia de prensa. Foto: Cubadebate.
Un logro fundamental, dijo la jurista Zulendrys Kindelán Arias, es el Servicio de Orientación Jurídica para poblaciones clave en la respuesta nacional al VIH, que permite brindar conocimientos y acompañar a las personas en la solución de varias problemáticas relacionadas con estos temas. También tienen un papel significativo a la hora de capacitar y sensibilizar a prestadores de servicios y decisores, una de las líneas de acción de la jornada de este año.
Romero Placeres por su parte, precisó que con la colaboración de las agencias de Naciones Unidas en la isla, existe una red de proyectos que incluyen los servicios diferenciados en salud.
“Tenemos 30 municipios priorizados, sobre todo por la prevalencia del VIH, así como el número de poblaciones clave y otras variables. Dentro de esos 30, hemos logrado fortalecer un policlínico de cada uno de esos municipios con dichos servicios diferenciados de atención a poblaciones clave, con todo un fortalecimiento de laboratorios, para hacer además de los complementarios un conjunto de exámenes como el de la carga viral y análisis específicos”, añadió.
Enumeró otros, como el servicio de pre exposición que se ofrece en ocho provincias, donde la persona negativa que tiene riesgo sustancial, es decir, que puede tener relaciones sexuales con alguna persona que vive con VIH, puede recibir un seguimiento, se le da una tableta específica, se le facilita luego un examen y se establece una estrategia de trabajo.
“Queremos ampliarlo”, subrayó, e hizo alusión al servicio de post exposición, también disponible en varios lugares y que tiene como centro a la persona con una conducta de riesgo por haber tenido relaciones con una persona que vive con VIH.
El jefe del programa nacional de prevención y control del VIH reconoció el impacto que ha tenido la difícil situación económica del país en la adquisición de condones, uno de los elementos fundamentales de las campañas cubanas, no obstante, se priorizan con la entrega de estos a poblaciones de riesgo como las embarazadas, comentó.
“Hay otra estrategia que estamos desarrollando que contempla el uso de autopruebas. La persona puede solicitarlas en estos servicios diferenciados, para realizarse el testeo personalmente en casa y definir si está positivo o no”.
“Si logramos tener a todas las personas tratadas y suprimidas, logra caer el VIH como problema de salud en el mundo y en Cuba, eso la vida lo ha ido demostrando. La estrategia de prevención combinada que hoy defiende el país va encaminada en esta dirección y nos apuntala ante brechas como la carencia de condones”, dijo la doctora Jackelin Sánchez Fuentes, funcionaria del Departamento de ITS, VIH y Hepatitis, del área de epidemiología del Ministerio de Salud Pública.
El llamado, sin embargo, continúa siendo al autocuidado y la prevención, enfatizó. “La participación comunitaria tiene que estar encaminada al autocuidado, a tener relaciones sexuales protegidas, y que las personas con riesgo también sean capaces de cuidarse siempre ante una exposición sexual en una actividad determinada”, puntualizó Romero Placeres.
(CubaDebate)