La Habana, 15 oct.- Han estado en la vida de varias generaciones de habaneros, símbolos de barrios, capítulos en las historias de atletas hoy famosos y presencia permanente en la actividad social de los habitantes de la ciudad.
La sala Rafael Trejo ha llegado a ser referente internacional, el Pontón es parte de la tradición de Centro Habana, el Parque Martí era motivo de orgullo desde los sesenta por la amplia lista de instalaciones y su larga cubierta en forma de bóvedas, justo frente al Malecón.
Con mejor o peor suerte, las instalaciones habaneras –campos de béisbol aislados, gimnasios o complejos polideportivos–, han sufrido el paso del tiempo y en ese devenir se han combinado las limitaciones económicas por las coyunturas de crisis, la falta de financiamiento o las presiones externas y medidas coercitivas sobre Cuba, las urgencias para presupuestos concentrados en otros sectores, los embates de fenómenos meteorológicos y falta de conservación, negligencias u olvidos.
Durante décadas, en medio del difícil contexto económico del país, la política del Gobierno cubano, y específicamente la del Instituto de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder), ha estado orientada al rescate de las instalaciones deportivas. El deterioro de esas áreas incide directamente en la motivación de atletas, entrenadores y pueblo en general para la práctica de la actividad física.
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Sala Trejo: Pasado, presente y futuro del boxeo cubano*
Lianys García durante un entrenamiento en la sala Rafael Trejo. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Lianys García tiene 27 años, pero desde los cinco es aficionada al boxeo. Después de estar más de dos décadas remando contra la corriente, porque las mujeres en Cuba no pueden boxear, ahora logra realizar parte de su sueño al incorporarse a los entrenamientos.
Desde abril practica en la sala Rafael Trejo, en La Habana Vieja. “Me acerqué porque me gusta el boxeo. Soy de Diez de Octubre y estuve averiguando dónde se entrenaba este deporte. Me dijeron que viniera a la Rafael Trejo.
“Hablé con el profesor Alberto González y empecé. Imagino que dentro de unos años pueda competir a nivel nacional e internacional. Mi meta es dar una medalla a mi país. Veremos si se me da la oportunidad”.
Lianys cuenta que tratan de cuidar el gimnasio lo más posible. A veces, ella misma se encarga de algunos detalles decorativos.
A simple vista, la sala Rafael Trejo luce confortable, recién retocada, lista para acoger a cualquier hora del día competencias y entrenamientos, lo típico de un deporte de combate de tanta tradición en nuestro país como el boxeo.
Sala Rafael Trejo. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Las 12 cuerdas del ring transmiten seguridad al visitante y el techo se muestra perfectamente colocado. Al parecer, los casi 100 años de vida útil no han pasado factura a la instalación, que para muchos es la casa del boxeo cubano.
De esa institución, insigne por su historia, han salido púgiles como los campeones olímpicos Maikro Romero y Armando Martínez, este último considerado la gloria del boxeo en La Habana Vieja.
Fundada en 1933, la sala ha sido sede de eventos provinciales, nacionales e internacionales y de bases de entrenamiento del equipo nacional. También recibió la visita en 2019 del príncipe de Gales, hoy rey Carlos III y, en varias ocasiones, del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel.
Lucía Dolores González Peña dirige el centro deportivo comunitario Rafael Trejo desde 1995. Entrenadora de esgrima y amante de los deportes de combate, comenta que a lo largo de los años el centro ha sufrido modificaciones que lo han beneficiado.
Lucía Dolores González Peña dirige el centro deportivo comunitario Rafael Trejo desde 1995. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
En 2017 se hizo la última reparación, priorizando la seguridad de las puertas de las oficinas y el ring. “Este el único centro de su tipo que tiene gradas. Por primera vez logramos techarlo, gracias a la colaboración del Gobierno, el Partido y la Dirección Municipal de Deportes. Además, se le retocó la pintura, que todavía mantiene.
“Aunque el ring fue reparado con anterioridad por la colaboración de tres grupos alemanes, ahora los planes inversionistas contemplan otra remodelación”, prosigue González.
Durante los minutos de visita a la Rafael Trejo, comprobamos la efectividad del trabajo en equipo. Según varios trabajadores, esa es la clave de los resultados en la instalación, cuyo equipo se considera una familia.
Uno de los profes barre el piso de la sala. Otro, subido al ring, limpia minuciosamente las cuerdas con un paño. Lo hacen independientemente de sus funciones como docentes. “Los 46 trabajadores contribuyen de una forma u otra a mantener las condiciones del gimnasio”, dice González.
Después de apreciar este panorama, nos dirigimos a conversar con el entrenador Alberto González Caturla, quien trabaja en la sala Rafael Trejo hace 38 años. “A mediados de los noventa, en medio de la crisis del Periodo especial, las condiciones de la instalación fueron caóticas. En 1997 se restauró, y hace como dos o tres años, antes de la pandemia, se volvió a retocar.
Alberto González Caturla trabaja en la sala Rafael Trejo hace 38 años. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
“Hay que pasarle la mano constantemente. Lo hacemos nosotros mismos y a veces nos apoyan los padres de los estudiantes. El plywood se rompió recientemente y los muchachos han dicho que lo van a conseguir”.
Comenta que “hace unos años, en los equipos nacionales juvenil y de mayores había cinco y seis atletas de la sala Trejo. Ahora hay muchachos talentosos que se han hecho tatuajes y no pueden entrar”.
Osvaldo López Peña, inversionista de la Dirección Provincial de Deportes de La Habana, explica que en la zona de San Isidro se inició la atención a los barrios priorizados. “Actualmente, tenemos 129 en toda La Habana. Primero, tratamos de continuar con el mantenimiento constructivo de la sala en la que entrenan los equipos provinciales y nacionales.
“La Rafael Trejo estaba prácticamente en ruinas. Techamos, le pasamos la mano al graderío, a la red hidrosanitaria, a los baños. En esta zona también recuperamos la sala Jesús Montanés Oropesa, perteneciente al combinado de igual nombre”.
Este último local tenía problemas constructivos. Después de la reparación, se practican allí deportes como taekwondo y boxeo. Igualmente, fueron remozadas la sala pequeña de tenis de mesa y la de gimnasia artística, afectadas en la cubierta.
Osvaldo López Peña, inversionista de la Dirección Provincial de Deportes. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Entrenamiento en la sala Rafael Trejo. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Las piscinas, un problema generalizado en el país
Tanque de clavados del parque deportivo Martí. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
La Habana cuenta con 512 instalaciones deportivas,de las que 300 están evaluadas de bien, 11 de mal y el resto de regular, según el Inder. Las calificaciones de mal responden al estado de las piscinas, que en su mayoría no brindan servicios ni a deportistas ni a público.
El inversionista de la dirección provincial de Deportes de La Habana explica que las piscinas “son difíciles de recuperar, porque se necesita de un equipamiento especializado y un alto financiamiento que no tenemos”.
Añade que en La Habana no hay una empresa especializada que se dedique a la reparación integral de las piscinas. “Valoramos la idea de rescatarlas con la ayuda de algunas mipymes”.
Según el funcionario, lo más engorroso es el trabajo con los equipos cloradores. “Este proceso se realiza hoy de forma manual prácticamente en el 10% de las piscinas de la capital. Se vierte hipoclorito de sodio por la mañana, antes de que los estudiantes comiencen la clase de natación, y en la tarde se vuelve a dar otra cloración, aunque no es lo ideal para las piscinas”.
López precisa que las piscinas llevan un tanque de compensación, equipos cloradores y de filtro, para que el agua esté en óptimas condiciones. “La mayoría de esos medios hay que importarlos y el país no cuenta con recursos para hacerlo”.
Aunque se ha dado mantenimiento constructivo a instalaciones que incluyen piscinas, el inversionista de la Dirección Provincial de Deportes afirma que nunca se repararon las albercas, por ejemplo, las del combinado deportivo Ciro Fría, en Arroyo Naranjo, y el Pontón, en Centro Habana.
El Pontón que fue y el que es
Tanque de clavados en el Pontón, Centro Habana. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
El Pontón, en el combinado deportivo José María Pérez Capote, es la instalación más emblemática de Centro Habana y por muchos años estuvo entre las mejores de la capital.
Ubicado al pie de dos surtidores gigantes de agua donde se abastecen camiones cisternas, en sus primeros años fue un polideportivo con dos terrenos de béisbol, una pista de atletismo, sala de judo, canchas de tenis y una piscina de 25 metros.
En sus áreas de béisbol se formaron glorias como Rolando Verde y Enrique Díaz. Hoy se practican 11 deportes y se han incorporado gimnasios de lucha, el taekwondo y los aerobios.
En un recorrido por el lugar, percibimos que han sido remozadas algunas de sus instalaciones: los gimnasios, áreas exteriores, el terreno de béisbol, los dugouts y las canchas de frontenis.
La mayor afluencia de público es en el horario de la tarde, cuando los niños salen de la escuela, se incorporan al taekwondo, la lucha, el aerobio y el tenis de mesa.
Colchón de lucha en El Pontón. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Idaymis Sánchez Febles es la directora y lleva 24 años trabajando en El Pontón. “Cuando llegué, la instalación estaba en estado deplorable. A medida que pasó el tiempo, fueron rescatados los dugouts y se pintaron las áreas exteriores e interiores. Se logró mejorar la iluminación. Eso fue una primera etapa, el año pasado”.
Según la directiva, queda pendiente una reparación capital que incluya las áreas de baloncesto y voleibol. “Ya tenemos una brigada que está realizando la chapea de las áreas verdes”.
En cuanto a la piscina (vecinos le calculan un aproximado de 25 a 30 años vacía), Sánchez asegura que ya se aprobó el presupuesto para repararla.
Hoy las piscinas muestran un conjunto de ruinas que enmudece, totalmente abandonadas, llenas de gravilla y maleza, mientras las instalaciones hidráulicas se deterioran. Residentes de la zona entrevistados por Cubadebate afirman que antes se usaban en el plan vacacional y que muchos de sus hijos aprendieron a nadar allí e incluso obtuvieron resultados en los Juegos Escolares.
La torre de la plataforma de clavados, que data desde la fundación del Pontón, tuvo peligro de derrumbe y se dictaminó la demolición. “Causaba más pérdidas repararla. El acero estaba oxidado y reventado. Cuando den el presupuesto continuará la reparación. Ya se inició con el descorche”.
Idaymis Sánchez Febles es la directora y lleva 24 años trabajando en El Pontón. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Idaymis Sánchez Febles agrega que, como es una zona que se inunda, a veces se afecta la práctica deportiva. “Después de un fuerte aguacero, el agua de lluvia ha llegado a cubrir el fondo de la piscina, siendo la evaporización por la intensidad del sol su sistema de drenaje”.
En busca de respuestas a esta situación, el inversionista Osvaldo López aclaró que la proyección de financiamiento del Pontón responde al 1% de la contribución territorial del presupuesto. El costo estimado de la reparación capital de las albercas ronda los cinco o seis millones de pesos.
“Aunque ya hicimos un trabajo de descorche y limpieza de la estructura de debajo de las piscinas, donde deben ir los tanques de compensación, paramos las acciones constructivas por el financiamiento. Además, tuvimos que demoler la base de trampolines, que estaba en peligro total de derrumbe y era una amenaza potencial para atletas, entrenadores y trabajadores del centro”.
Una tarde cualquiera en El Pontón. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
El Pontón es la instalación más emblemática de Centro Habana. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
El Pontón, cuna de grandes peloteros de Centro Habana, de Industriales y de Cuba. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Tanque de clavados en el Pontón, Centro Habana. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Cancha de fútbol en el Pontón. Foto: Angélica Arce Montero/ Cubadebate.
Biosaludable en el Pontón. Foto: Angélca Arce Montero/ Cubadebate.
Parque Martí, la remodelación que no termina
Tanque de clavados del parque deportivo Martí. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
La imagen es desoladora y responde a un total abandono. Una piscina olímpica de fondo de granito blanco, otra de 25 metros y el tanque de clavados son solo vagos recuerdos de lo que fueron. Así se vislumbra hoy el complejo de piscinas del parque deportivo Martí, que desde la década de 1940 estuvo en la vanguardia de las plazas deportivas en La Habana.
El trampolín del tanque de clavados luce como si hubiese soportado recientemente los embates de un ciclón—incluso antes de Ian—o si lo hubieran tumbado, en un abrir y cerrar de ojos, a golpe de mandarria. Una mitad de la plataforma está fuera de la piscina y la otra en el fondo, rodeada de agua sucia.
Un vecino explica que, si bien el agua de las piscinas no se sale, la principal dificultad es en las tuberías de abajo. Por tal motivo, esa área del complejo deportivo ha permanecido sin funcionar por más de 25 años. Comenta incluso que, desde su perspectiva y teniendo en cuenta las marcadas grietas en su interior, hace mucho tiempo están en peligro de derrumbe.
Conchas del parque deportivo Martí. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Aledaño al Ministerio de Relaciones Exteriores y la Casa de las Américas, justo al lado de la intersección entre la Avenida de los Presidentes y Malecón está el parque deportivo José Martí.
Fundado en 1948, en sus inicios allí se practicaba lucha, boxeo, baloncesto, atletismo, fútbol y béisbol. Contaba con un complejo de piscinas, clavados y polo acuático.
Hoy, la mayoría de sus áreas muestran un avanzado grado de deterioro, sobre todo las gradas del estadio y las piscinas, aunque en los últimos años se han dado algunos pasos para su rescate.
Llegamos al lugar y conversamos con uno de los asiduos visitantes del gimnasio, quien asegura que a finales de los noventa iba con frecuencia al parque, porque estudiaba en la beca de F y 3ra.
“Corríamos o jugábamos fútbol y así liberábamos un poco las tensiones. Teníamos 20 años y la rutina universitaria era muy fuerte. Recuerdo que en el 2000 fue clausurado. Creo que la reacción de las autoridades ha demorado para salvar o al menos precintar las conchas de las gradas, que han estado en ruinas por más de dos décadas”.
Según el director provincial de Deportes, Ariel Darías Álvarez, el parque Martí tiene un valor patrimonial que no permite hacer en la cubierta del primer bloque otro tipo de construcción que modifique el diseño original. En esa parte están ubicados la pista de atletismo y el terreno de fútbol.
“Empezamos a trabajar en el bloque central. Se recuperó un gimnasio que hoy está gestionado por un cuentapropista y brinda servicios a la población. Además, se rescataron los gimnasios interiores.
“Se cambió la electricidad y con los motores se tiró el agua en la línea central, y como es una de las zonas que más problemas tiene con el abasto de agua a la población, se tiene un reservorio”, explica.
Durante la visita, conocimos que se trabaja en el área de boxeo y en el exterior de las canchas de baloncesto y voleibol. “Quedan pendientes las piscinas y la cubierta de las 23 conchas”, dice Darías Álvarez.
Ariel Darías Álvarez, director provincial de Deportes. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Integrantes del contingente Blas Roca Calderío, encargados de la remodelación del lugar, afirman que se han hecho pruebas a las columnas, que tienen un centímetro y tanto de acero.
Yuriel Porroso, trabajador del centro deportivo, asegura que se buscó una variante a partir de un tipo de mortero con el que podían quitar siete metros para arriba. “Vamos poco a poco recuperando lo que se pueda”.
En tal sentido, han revisado varios proyectos con el Minrex, a partir del apoyo que puede ofrecer por su cercanía. “Se trabajó en la cerca perimetral y está pendiente hacer un beisbolito en el área que colinda con el parque Nené Traviesa.
“Estamos pensando que se puede convertir en el centro principal de fútbol sala en Cuba. La FIFA y la Asociación Cubana de Fútbol quieren licitar la importación de una cubierta para el tabloncillo, ya sea de madera o plástico, pero mejor de este último material, que es más duradero.
“Este proyecto tiene su grada. Además, fueron reparadas la cabina de transmisión y la cubierta de esa propia instalación”, agrega el directivo. También fueron retocados el gimnasio de judo y los baños, y se cambió la caseta de electricidad, que tenía muchos años de explotación.
Igualmente, se cambió la carpintería de todos los ventanales, que eran de hierro y estaban oxidados. Hoy, tienen ventanas corredizas de aluminio y cristal.
“Es un proceso que lleva tiempo, a partir de la incorporación del contingente Blas Roca, que lleva tres años trabajando, pero en esta etapa es cuando más ha podido avanzar. Va por la mitad de lo que es la parte de debajo de las gradas, donde se sientan las personas.
“Ya nosotros tenemos en esa parte central más de 13 deportes que pudiéramos trabajar. La seguridad de las puertas y el acceso a la electricidad son garantías para el público y no hay peligro de derrumbe. Solo falta terminar de habilitar para dar el servicio”.
Sobre la reparación del parque, Porroso apunta que lleva un año y medio, y a partir de enero de 2023 se debe acelerar el proceso, sobre todo en las piscinas, taquillas y gradas.
Ya se empezó a restaurar el gimnasio, se ha terminado la zona de administración, esgrima, salón de tenis de mesa, pesas… “Lo que viene faltando es el tabloncillo, que debería ser plástico. Si lo haces de madera, dura menos”.
Asimismo, fueron restaurados todo el techado y el gimnasio de judo, donde practica el equipo municipal de la categoría 9-10 años, que fue séptimo en el torneo provincial.
“Faltan algunos detallitos”, dice. “En la parte trasera tenemos las canchas y otro gimnasio de lucha que está terminado. Lo que viene faltando adentro es remozar la cabina y la posición del tabloncillo. Esta parte hace seis meses que está siendo remodelada por las brigadas del Blas Roca y de la UBPC La Victoria”.
Se cuenta con un gimnasio particular, con todas las condiciones, que brinda servicio a la comunidad. “Tenemos juguera y la sauna se debe abrir cuando lleguen los equipos. Pero, además, somos un proyecto social que trabaja coordinadamente con Salud Pública, la carrera de Psicología de la UH, el Inder y la Universidad de las Ciencias de la Cultura Física y el Deporte, Manuel Fajardo”, afirma Abelardo Bárzaga.
“El parque no se puede reparar porque sus valores arquitectónicos exigen ciertos requisitos, pero el gimnasio nos puede ayudar a costear el mantenimiento diario y la sostenibilidad de la cancha”, agrega Bárzaga.
Avanzando por el lugar, notamos que en esa ala fue cambiado el sistema de ventanas. “Hay hasta una enfermería, que ya casi está terminada. Solo faltan el baño y las losas del lavamanos. Antes había una enfermería, pero ahora está ubicada en la parte de las canchas”.
Según Osvaldo López Peña, inversionista de la Dirección Provincial de Deportes de La Habana, se trabaja en un proyecto de colaboración con la Dirección Provincial de Comercio Exterior. Hay personas en Estados Unidos que tienen un alto interés en que se remodele el combinado deportivo José Martí.
“Con un estilo arquitectónico como este solo hay dos instalaciones en el mundo: esta aquí y otra en Nueva York, EE.UU. Aspiramos a que el proyecto nos ayude con los implementos deportivos”.
El director provincial de Deportes, Ariel Darías Álvarez, aclara que el aporte monetario estadounidense no puede ser a una institución estatal, sino a cuentapropistas. “Tenemos algunos trabajadores por cuenta propia que han recuperado biosaludables. Y ha sido a través de esa vía que han buscado equipamiento, financiamiento, pero no funciona para el Inder o el Estado debido al bloqueo. Por eso, se está buscando una alternativa”.
Añade que de esa misma manera deben entrar los ingresos a los terrenos de béisbol, con gran repercusión en la estrategia del deporte. “En la capital hay cinco estadios de adultos y cinco terrenos de minibéisbol. El proceso debe mejorar con la entrada de los implementos y el material especializado”.
Parque deportivo Martí. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Parque deportivo Martí. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Parque deportivo Martí. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Reparaciones en curso
Terreno de béisbol de Las canteras. Foto: Inder.
El inversionista Osvaldo López reitera que en La Habana se prioriza el rescate de instalaciones en los barrios en transformación.
“Contamos con un plan de mantenimiento constructivo e inversiones que responde al rescate de instalaciones, bajo las indicaciones del Gobierno de la capital y con la colaboración del Inder. Buscamos ir poco a poco”.
Explica que donde no se pueda construir una instalación deportiva grande, un combinado o una cancha, se tiene la posibilidad de montar vallas rústicas para la práctica del fútbol sala en los barrios que son de alta prioridad.
Con la visita de Díaz-Canel, se construyó un estadio de beisbolito en la comunidad La Federal, en Guanabacoa, donde prácticamente era nulo el desarrollo de instalaciones. Así, el deporte se recupera en esos barrios, enfrascados en el rescate del béisbol.
Según López, en la capital se trabaja en estadios insignes como La Polar, el primero sintético instalado en Cuba. “Hoy estamos en proceso de licitación en el exterior, en búsqueda de un proceso de proyecto, que ya está hecho, relacionado con la estructura socioadministrativa de ese centro, que incluye la gradería y los camerinos de jueces y árbitros”.
El director provincial de Deportes, Ariel Darías Álvarez, comenta que se trabaja en el estadio Pedro Marrero “con la expectativa de contar con un financiamiento de proyectos auspiciados por FIFA. Así se podría rescatar instalaciones de ese tipo, con una gran cantidad de condiciones y requerimientos técnicos, solicitados por la FIFA, para celebrar eventos internacionales”.
Actualmente se concluye el principal estadio de los Industriales de La Habana, el Santiago Changa Mederos.
Ya está remozado prácticamente en toda su totalidad, con clubhouses y dugouts de primer nivel. A la par, se prioriza el rescate del segundo estadio de la capital, el Franz D’ Beche, de Guanabacoa, y el tercero, el Alberto Álvarez, de Regla, apunta el inversionista López.
Regla y Guanabacoa han sido los municipios más destacados en el rescate de instalaciones. “En el casco histórico de Guanabacoa, terminamos unas que eran ruinas. Y se hizo un gimnasio de boxeo, donde recientemente se celebró la copa Yerandy Fuentes con gran éxito”.
Complejo deportivo Antonio Guuiteras en Habana del Este.Foto: Inder.
López asegura que se continúa rehabilitando los gimnasios de boxeo en toda La Habana y se mejoraron las canchas del reparto Antonio Maceo, conocido como Casino Deportivo, que incluye áreas de fútbol, baloncesto, balonmano, judo y boxeo, un biosaludable, tres locales para pelota vasca y uno socioadministrativo.
Además, está listo el polideportivo Concepción, en La Lisa. “Lo que fue un taller de ciclismo y motos es hoy una de las instalaciones en los barrios que tiene mayores condiciones para la práctica de deportes como lucha y boxeo. Cuenta con una sala de juegos, un biosaludable y un área para gimnasia, sanabanda y otras actividades de cultura física”.
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En La Habana se dan pasos, aunque moderados, para el rescate de sus instalaciones deportivas. Los procesos de mantenimiento y reparación no tienen la calidad requerida en algunos casos, pero también influyen en el deterioro la falta de gestión de directivos, la escasez de presupuesto y el poco compromiso de trabajadores, autoridades y pueblo en general con su conservación.
Esperar fechas históricas para inaugurar obras o embellecer nuestros locales para recibir a un alto funcionario, no basta. Lo que toca es el empeño día a día, con los pocos recursos con que contamos. Corresponde entender a La Habana como la gran plaza deportiva que siempre ha sido, donde una vez deslumbraron por sus condiciones el Pontón y el parque Martí.
Centro deportivo La Concepción, en La Lisa. Foto: Inder.
Niño que juega fútbol en el Pontón.Foto: Angélica Arce Montero/Cubadebate.
Biosaludable de Las Canteras. Foto: Inder.
Centro deportivo comunitario en San Francisco de Paula.Foto: Inder.
Sala de historia del combinado Eduardo Saborit en Playa.Foto: Inder.
Sala de juego en Regla.Foto: Inder.
Biosaludable en Arroyo Naranjo.Foto: Inder.
* Este reportaje fue escrito días antes del paso de Ian por Cuba. Una vez que pasó el huracán, nos comunicamos con el director de Deportes de la capital, Ariel Darías Álvarez, quien nos informó que, de las instalaciones incluidas en este trabajo, solo la sala Rafael Trejo sufrió daños (en dos tejas de su cubierta).
(CubaDebate)