Abasto de agua a La Habana: Luces y sombras

La Habana, 3 sep.- ¡Agridulce! Ese es ahora mismo el calificativo que da una imagen lo más cercana posible al panorama que exhibe La Habana, la capital, en lo concerniente a la disponibilidad y suministro del agua potable, a la población y la economía.

Lo bueno y lo malo se han dado la mano para converger en una situación contrastante, en la cual, si bien es cierto que, en buena medida, la ya prolongada sequía ha cedido espacio, a tenor de la generosidad de la naturaleza (abundantes lluvias) y la consecuente recuperación de los acuíferos, encargados del abasto a la provincia, también lo es el hecho de que el escenario dado en materia de generación eléctrica se pinta muy tenso, lo cual es ahora el obstáculo fundamental para garantizar la estabilidad del servicio.

La máster e ingeniera Rosaura Socarrás Ordaz, subdirectora de Operaciones de Aguas de La Habana, explicó que de los cuatro acuíferos vinculados con las entregas a la capital, solo mantiene nivel desfavorable, Ariguanabo, que no obstante haber experimentado cierto recobro y mantener una tendencia al ascenso, todavía con reservas insuficientes como para hacer desterrar las afectaciones que -en ciclos, horarios o por bajas presiones- viven (sobre todo en las zonas altas) liseños, marianenses y playeros, hacia cuyos municipios de residencia son canalizadas las  corrientes de la cuenca.

La especialista aclaró que las cuencas Almendares-Vento, Jaruco y Cuenca Sur, encargadas del suministro a las localidades del centro, este y el sur de la capital, respectivamente, han experimentado crecimientos ostensibles en sus acumulados, con lo cual pueden asegurar la estabilidad del servicio; con excepción de los repartos que, en el este, se abastecen desde Planta de Filtros, con limitaciones a consecuencia del deplorable estado técnico que hoy presenta la instalación.

Sin embargo, el corte de energía eléctrica, la cual es imprescindible para el bombeo y otros imprevistos (salideros, roturas), trae asociados intermitencias y paros que nada tienen que ver con la falta de agua, y que en algunos lugares como Aldabó, Alta Habana y otros barrios de Boyeros, enlazados al impulsor ubicado en la Fortuna, son muy acentuados.

Socarrás Ordaz informó que en todos los casos se trabaja para avanzar en la solución de los problemas e ir a prestaciones con una estabilidad superior. Puso por el ejemplo la supresión de salideros para evitar el derroche y al mismo tiempo aumentar las presiones; entrelazamiento de Cuenca Sur con Ariguanabo, a fin de disminuir la sobreexplotación de esta última y acelerar su recuperación, la cual también saldrá favorecida, con los trabajos que las liberan del suministro a San Antonio de los Baños.

La subdirectora de operaciones de Aguas de La Habana hizo público que también se trabaja en el rescate de planta de filtros, y de manera coordinada con las organizaciones básicas eléctricas, de los municipios y la provincia, para, en la medida de lo posible, minimizar los cortes del servicio por interrupciones del suministro de energía.

Explicó, asimismo, que La Habana tuvo momentos con más de 150 000 personas afectados por la sequía, quienes se vieron obligados a recibir el agua por la vía de carros cisternas; hoy, gracias a la recuperación de los embalses, las inversiones y los ajustes operacionales, de unas 50 000 a inicios de año, la cifra se redujo a 30 000, en estos momentos.

(CubaDebate)

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