La juventud que admiramos (+Audio)

La juventud que admiramos

Florida, 12 ago.- La juventud cubana cuenta en su impronta con miles, millones de motivos para sentirse orgullosa de su historia pasada y de la que construye hoy en medio de una de las coyunturas muy complejas en la vida de la Revolución, pero no la más peligrosa o sublime en el devenir de la Patria.

Cuando se habla de valores y de virtudes formadoras de la conciencia y la confianza de nuestros Pinos Nuevos en un futuro mejor, siempre será preciso mencionar primero al José Martí, que siendo un niño todavía fue capaz de condenar la infamia del coloniaje español sobre su tierra natal, denunciándolo en poemas como Abdala o en la carta enviada a un compañero de aula, acusándolo de traidor por venderse a las filas enemigas, un acto heroico que pagó con meses de prisión y un exilio adelantado.

Si de juventud cubana comprometida con su tiempo hemos de hablar, cómo no recordar a los Maceos de Mariana Grajales, quienes lucharon como leones y ofrendaron la vida por la independencia de la nación recién nacida.

Como no citar a Panchito Gómez Toro, el fiel ayudante del Apóstol y su mártir compañero en la catástrofe de Dos Ríos, con apenas dos décadas vividas, sin detenernos en la actitud heroica de otros miles de mambises imberbes que saltaron del regazo materno para lanzarse a la manigua redentora en la cual derramaron sangre y coraje a raudales.

En la fragua de la juventud cubana que asume ahora mismo las riendas del porvenir, recibidas de las manos invictas de la Generación del Centenario, y que se aferra a sus ancestros más leales a la Patria, sobresalen igualmente los nombres y la trayectoria ejemplar de hombres como Julio Antonio Mella y José A. Echeverría, entre otros valerosos luchadores contra los gobiernos de la República Neocolonial.

Están también Camilo Cienfuegos y el Che Guevara, iniciadores de un camino humanista, solidario y antimperialista por el cual transitaron en tiempos más cercanos, Antonio Guerrero, Fernando y René González, Ramón Labañino y Gerardo Hernández, los Cinco héroes cubanos condenados en Estados Unidos por luchar contra el terrorismo para proteger a su pueblo del odio y de la muerte.

Mención aparte para ese gigante y Maestro de Juventudes que fue y es Fidel Castro Ruz, el líder del Moncada, del Yate Granma, de la Sierra Maestra, de Girón y de tantas batallas y victorias en las cuales reunió el compromiso y respaldo de los mejores muchachos y muchachas de su época y de todas las décadas de la Revolución hasta el presente.

Esa es la sangre que corre por las venas de los soldados que custodian y defienden cada centímetro de nuestras fronteras y de nuestro cielo, de los que sudan la camisa en el surco de sol a sol, y de los médicos y doctoras que salvan vidas dentro y fuera del país de manera altruista.

Ese orgullo por la obra y las ideas de quienes los antecedieron sin rendirse ni doblegarse ante las pruebas del infortunio, brilla en el pecho de los bomberos y rescatistas que batallaron por la vida de sus compatriotas tras la explosión del Hotel Saratoga y desafiaron nuevamente el peligro en el incendio la Base de Supertanqueros de Matanzas.

Esa es la juventud que admiramos, esa que, al decir de José Martí, podrá vivir y morir sin riqueza, pero marcha en paz con su conciencia y con la gratitud eterna de la Patria sagrada.

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Acerca de Pedro Pablo Sáez Herrera

Licenciado en estudios Socioculturales de la Universidad de Camagüey. Diplomado en Periodismo. Labora como periodista en Radio Florida atendiendo sectores como Salud Pública, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, Trabajo y Seguridad Social, entre otros. Contactos: Twitter: @SanPPZeta Facebook: Pedro Pablo Sáez

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