La Habana, 26 jul Los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en el oriente de Cuba, el 26 de julio de 1953, fracasaron militarmente, pero fueron los motores pequeños que echaron a andar a la Revolución cubana.
Liderados por Fidel Castro, más de un centenar de jóvenes protagonizaron la audaz acción, que tenía el propósito de tomar armas y convocar al pueblo para emprender la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista.
La inexperiencia de los asaltantes y su reducido número impidió aprovechar el factor sorpresa y la mayoría fueron detenidos o asesinados por el ejército del dictador, que incrementó su represión a partir de ese momento.
En el juicio que se celebró contra Fidel y sus compañeros de lucha, el líder histórico de la Revolución cubana pronunció su alegato de autodefensa La historia me absolverá, que marcó el programa político del naciente movimiento de liberación nacional.
Fidel señaló a José Martí, Héroe Nacional, como autor intelectual del hecho armado, en el año del centenario de su natalicio, subrayando así que su propuesta de Revolución era la continuidad del proyecto de República concebido por el fundador del Partido Revolucionario Cubano en el siglo XIX.
La acción demostraría que solo mediante la lucha armada se podía liberar al pueblo cubano del régimen de oprobio en el que se encontraba y radicalizó a los jóvenes que participaron en la acción, quienes constituirían el Movimiento 26 de Julio.
La mayoría de esos asaltantes partiría hacia México al ser liberados de la prisión de Isla de Pinos, y desde allí organizarían la expedición del yate Granma, que desembarcó en Cuba el 2 de diciembre de 1956 para emprender la guerra en las montañas orientales del país.
Tres años después, el 1 de enero de 1959, Fidel y los integrantes del Movimiento, agrupados ahora en el Ejército Rebelde entraron en La Habana, que había sido abandonada intempestivamente por Batista y sus secuaces.
La Revolución cubana retomó el Programa del Moncada como inspiración para sus primeras y más radicales medidas, con soluciones para problemas como el de la tierra, la educación, la salud, la vivienda y la corrupción administrativa.
Los cubanos comenzaron a denominar el 26 de julio como Día de la Rebeldía Nacional para conmemorar la fecha, cuyas actividades de celebración se rotan de una provincia a otra en reconocimiento a los resultados económicos y sociales de cada territorio.
Este año el acto central acontecerá en Cienfuegos, en el centro-sur de la isla, en correspondencia con los avances del territorio en la producción y sus indicadores sociales.
Tomado de Prensa Latina