La historiografía nacional y regional o local de la fase insurreccional de la Revolución Cubana está en deuda con la biografía de las organizaciones insurreccionales y políticas que participaron en ese proceso,[1] aún cuando algunas de las Secciones o Frentes de actividad del Movimiento Revolucionario 26 de Julio (MR 26-7) han sido objeto de estudio.[2]
El MR.26-7 en su evolución atravesó por distintas etapas.[3] Para entender la génesis del Movimiento 26 de Julio en Santiago de Cuba [4] es necesario acudir a los testimonios de los combatientes clandestinos, pues no existen actas u otras pruebas documentales.[5] El estudiantado revolucionario santiaguero desempeñó un papel fundamental en ese proceso. Uno de sus fundadores, Léster Rodríguez, expresa: “Para analizar la fundación del 26 de Julio en Santiago de Cuba, habría que explicar el origen de la lucha estudiantil de Frank País y Pepito Tey, que fueron los que organizaron el Movimiento en la ciudad”.[6] Con este criterio, coincide Ibarra para quien: “ Otra de las características del movimiento revolucionario de la década de 1950 es el significativo papel que le correspondió desempeñar al estudiantado desde sus orígenes”. [7]
Antecedentes de la fundación del MR- 26-7 en Santiago de Cuba
El 10 de marzo de 1952, tras la celebración de un mitin de protesta en el parque Céspedes por las noticias que llegaban de la capital, se originó una manifestación popular hacia el cuartel Moncada en apoyo al Jefe del Regimiento # 1 “Antonio Maceo”, coronel Francisco Álvarez Margolles, quien había desacatado la orden de Columbia. El coronel Margolles no pasó de la oposición verbal, y en las primeras horas de la tarde el Regimiento # 1 ya estaba en manos de los complotados, mientras sus efectivos militares salían a disolver a los manifestantes –entre los que se encontraban un nutrido grupo de estudiantes- que habían acudido a la fortaleza en busca de armas con que resistir. [8] En Contramaestre, un grupo de jóvenes con Antonio Rodríguez González al frente se dirigieron al cuartel de la Guardia Rural de Maffo y luego al de Jiguaní a pedir armas. Mientras que en Palma Soriano, fue tomado pacíficamente el Ayuntamiento Municipal.
Aunque las dirigencias provinciales de los partidos oficialistas y de la oposición expresaron su disposición a enfrentarse al golpe con cuantos medios estuvieran a su alcance,[9] se mostraron incapaces de canalizar el descontento popular y movilizar sus bases. Le correspondió a la juventud oriental, principalmente, estudiantil, el mérito de mantener la acusación contra el gobierno de facto mediante manifestaciones y protestas en las calles, la única forma de lucha que se correspondía con los alcances y las posibilidades reales de la juventud revolucionaria en esos primeros años de 1952 y 1953.[10] El Directorio Estudiantil que surgió en el Instituto de Segunda Enseñanza “Santiago” (hoy Ququi Bosch) admitió la posibilidad de “…emplear la violencia cuando las circunstancias lo reclamen con el fin de derrocar el Gobierno actual…”.[11]
La corriente insurreccional, surgida inmediatamente después del golpe militar, estuvo bien representada en el territorio. Se estima que entre los meses de junio y agosto de 1952, comenzaron a formarse en Santiago de Cuba organizaciones pertenecientes al llamado insurreccionalismo auténtico como la Triple A con profesores de la Universidad de Oriente[12] y Acción Libertadora, aunque ese proceso continuo desarrollándose hasta 1954. Belarmino Castilla recuerda su entrada a la organización a mediados de ese año, y señala al “Cojo” Parladé y Enriquito Hechavarría como sus jefes en Santiago de Cuba, además de él se incorporaron a la célula Manuel Jacas, Rafael Balart, Roberto Castilla, Romilio Castilla, Mario Oliva y Cenobio Mojena.[13] Cuando a mediados de 1955 el movimiento insurreccional priista se reorganizó bajo la Organización Auténtica, muchos de estos pasaron a engrosar sus filas.[14] Por su parte, Acción Libertadora, con Juan Miguel Frías como secretario general en Santiago de Cuba, tuvo una activa membrecía en Santiago de Cuba y se ramificó por Palma Soriano, San Luis, Guantánamo, el central Miranda (hoy Mella) y el poblado de Contramaestre.[15]
Una de las organizaciones estudiantiles surgidas en Santiago de Cuba al calor la conmemoración del centenario del natalicio del Apóstol, en enero de 1953, fue el Bloque Estudiantil Martiano (BEM) de carácter no partidarista, patriótica y antimperialista, lo que explica la intervención de sus miembros en el debate de los problemas del país, no obstante tratar de mantener una imagen de organización abierta y cívica.[16] El BEM se ramificaría posteriormente por los demás centros de Segunda Enseñanza y la Universidad de Oriente, constituyéndose en Federación Provincial con la dirección de Félix Pena, y luego, su composición clasista sobrepasó el marco del sector estudiantil para recibir en sus filas a jóvenes provenientes de la clase obrera transformándose en el Bloque Martiano. Sin ser una organización de corte insurreccional, se convertiría en una importante cantera de militantes del Movimiento 26 de Julio.
Para entonces, el Movimiento fundado por el doctor Fidel Castro tras el golpe militar ya había vencido la fase de estructuración.[17] Un aspecto en el que no se ha reparado mucho es, el de la temprana vinculación de la juventud santiaguera con el movimiento revolucionario de Fidel Castro desde la etapa premoncadista, mediante la incorporación de los estudiantes universitarios santiagueros Pedro Miret Prieto y Léster Rodríguez a sus filas. Asimismo, se produjo la captación del grupo de Palma Soriano, la cual se hizo firme para esa misma fecha, luego de un viaje a la capital que hiciera el doctor Aguilera con dos de sus seguidores: Parmenio García y Oscar A. Ortega, Nito.[18] En febrero se sumó otro santiaguero residente en esos momentos en la ciudad, Renato Guitart Rosell, quien desempeñaría un relevante papel en la preparación y ataque a los cuarteles Moncada y Céspedes de Santiago de Cuba y Bayamo el 26 de julio de 1953.[19] En las acciones militares de ese día, Renato Guitart resultó muerto, Pedro Miret, fue herido pudiendo salvar la vida milagrosamente luego de ser detenido y torturado, Léster Rodríguez, pudo escapar con vida sin ser detenido ni enjuiciado. Nito Ortega, fue detenido y asesinado después del combate. Al fallar la toma del cuartel de Bayamo y la estación de policía, no se pudo llevar a cabo la misión asignada al doctor Aguilera, quien en unión de Ramiro Sánchez, le correspondía trasladarse hacia Las Minas de Charco Redondo, de donde obtendrían la dinamita que utilizarían para volar los puentes y establecer la barrera de defensa a los asaltantes del cuartel Moncada.
La población oriental, en particular, la santiaguera, se solidarizó espontáneamente con los perseguidos y heridos. Frank País y Pepito Tey, salieron ese mismo día a buscar armas con que participar de los enfrentamientos.[20] La vida de algunos de los participantes fue salvada por la valiente actitud del personal médico y paramédico de la ciudad, otros encontraron refugio y abrigo en casas de familia.[21] Asimismo, las gestiones realizadas ante el coronel Chaviano -Jefe del Regimiento # 1- para lograr una tregua dieron resultado,[22]circunstancias en que se produce la captura de Fidel y sus dos acompañantes por una patrulla al mando del teniente Sarría,[23] conducidos al Vivac, el jefe del Movimiento dio un rotundo mentís a las falacias propaladas por el régimen.[24]
Durante los casi dos meses de cárcel en la prisión provincial de Boniato, manos amigas de fuera y dentro de la prisión le hicieron llegar a Fidel y sus compañeros, cartas, ropas, medicinas, libros, etc., objetos que pasaban de un modo u otro por la casa de Pedro Miret y Luisa Prieto, padres de uno de los asaltantes, convirtiéndose en el germen del fuerte movimiento popular que luego se organizó para luchar por la amnistía política sin exclusiones. Un grupo de jóvenes santiagueros redactó el manifiesto titulado ¡Asesinato! donde acusaban por sus nombres y apellidos a los principales responsables y autores de los crímenes cometidos, por el cual, sus autores -entre ellos Frank País- e impresores fueron detenidos y juzgados. Las manifestaciones estudiantiles del 27 de noviembre y el 7 de diciembre se realizaron bajo los gritos y consignas: ¡abajo el chacal Chaviano!, ¡Díaz Tamayo, Diez x Uno!, ¡Abajo Batista!. Esas muestras de solidaridad se extendieron a las sesiones del juicio contra los participantes en la acción ventilada en la Causa 37/53, quienes contaron con una nutrida representación local entre los abogados de la defensa.[25]Para la población santiaguera en general y la juventud en particular, tanto, las acciones militares del 26 de julio como la valiente actitud mantenida en el juicio por los asaltantes representaron, primero, una confirmación del criterio que ya tenían sus elementos más radicales sobre la necesidad de emplear la violencia armada como forma principal de lucha contra la dictadura; segundo, la demostración práctica del papel que estaba llamada a jugar la nueva generación de cubanos en esa lucha, para lo cual debía organizarse y actuar como una fuerza independiente con un programa y estrategia de lucha propios. Las palabras de Félix Pena constituyen una manifestación elocuente de ello cuando expresó “…al hablar de la lucha estudiantil no se puede omitir la lucha insurreccional. Todos los estudiantes no se incorporarán desde un inicio a la lucha clandestina, pero hay que irles creando conciencia de esta necesidad. Esa será la tarea del BEM que con los modestos aportes de cada uno a la lucha, se vaya creando un estado de conciencia tal que los conduzca a la vertical decisión de ir a la lucha armada como una vía de emancipación, ya está dado el ejemplo”.[26]
El proceso de avance y consolidación del movimiento revolucionario, no es concebible sin tomar en cuenta el papel relevante que desempeñó el movimiento estudiantil en el período posterior al asalto al Cuartel Moncada en la concientización y movilización de las masas populares en la lucha frente a la represión dictatorial, las maniobras electoreras y otras posturas proimperialistas del gobierno de facto, creando las condiciones subjetivas para la insurrección armada entre la juventud obrera y desempleada del país.[27] La situación subjetiva la hacía sensible al momento que vivía el país. El incremento de la población estudiantil de nivel secundario y universitario, este último, debido a la creación de las universidades de Oriente y Las Villas, no tuvo su correlato en el aumento de las posibilidades de trabajo en la sociedad, afirma “Sobre la juventud universitaria pendía también el fantasma del desempleo”[28] Al mismo tiempo, precisa que la convivencia de la juventud estudiantil de diversa procedencia social durante un largo tiempo en los centros de estudios, donde todavía no se encuentra vinculada orgánicamente a la estructura de clases, posibilita la creación de relaciones de confraternidad, las cuales fueron reforzadas en el caso cubano por la visión negativa común de los desajustes sociales y de la situación crítica que vivía el país en la década del 50.
Al matricular la carrera de Pedagogía en la Universidad de Oriente en septiembre de 1953, ya Frank ejercía la profesión de maestro en el Colegio El Salvador de la Segunda Iglesia Bautista de Santiago de Cuba, aunque poseía un empleo, figuraba entre la pléyade de jóvenes proletarizados.[29] Junto con Pepito Tey y otros estudiantes radicales ascienden a la dirección de la FEUO, imprimiéndole al organismo estudiantil un mayor dinamismo y verticalidad en sus posiciones frente al régimen.
La celebración del Congreso Nacional de Estudiantes Secundarios los días 7 y 8 de mayo, en el Salón de los Mártires de la Universidad de La Habana, convocado por José Antonio Echeverría, Presidente de la FEUH, que contó con la participación como delegados por Santiago de Cuba de Pepito Tey (FEUO), Orlando Benítez (FLCSE), Antonio Martin y Temístocles Fuentes -resultó electo Presidente de la Federación Nacional de Centros de Segunda Enseñanza- cumplió con su cometido de fortalecer la coordinación de la lucha estudiantil a nivel nacional.[30] Asimismo, se realizaron acciones de solidaridad con la clase obrera a favor de la suspensión de los embarques de azúcar a granel, se dio continuidad a labor iniciada por la Escuela Obrera “Rafael María Mendive” de dicho centro, donde Frank, Pepito, Leyla Vázquez, junto a otros estudiantes y profesores impartieron clases, entre otras. También, se llevaron a cabo otras acciones en favor de la Reforma Agraria y las demandas del campesinado.
La campaña de apoyo a la causa del pueblo guatemalteco se desarrolló estrechamente vinculada a la lucha por restituir la Constitución de 1940 y el establecimiento de un sistema verdaderamente democrático en el país. La FEUO se opuso a la aplicación en Guatemala de la resolución aprobada en la Conferencia de la OEA, celebrada en Caracas, Venezuela, por considerar que ello iría en contra del principio de la no intervención que había servido sólo para proteger los intereses económicos del imperialismo norteamericano. Se pronunció por el trazado de un plan de progreso económico que permitiera superar la monoproducción, el latifundismo, la falta de diversificación industrial y otros males que padecía la economía cubana; que todos los integrantes de la producción lucharan por hacer realidad la democracia económica, partiendo de las bases sentadas en la Constitución de 1940. En lo político, concluyeron que las situaciones nuevas requerían nuevos hombres, nuevos tácticas y nuevos sistemas a establecer, por lo que invitaban a crear el nuevo vehículo de aspiración política que reclamaban los nuevos tiempos que vivía Cuba, por la vía de la culturización y de la reevaluación de los valores económicos, sociales y éticos de la sociedad cubana. Asimismo, planteó la necesidad de lograr una verdadera democracia social. Sus aspiraciones futuras se sintetizan en los siguientes aspectos: una Cuba integrada al concierto de países americanos. El cumplimiento o realización del nuestroamericanismo de José Martí; un sistema para Cuba basado en la igualdad primaria de todos los cubanos en los tres órdenes clásicos: democracia económica, democracia social y democracia política. La correlación entre el bienestar individual y el bienestar común, con la prioridad de este último; una Cuba con todos y para el bien de todos como quiso el Apóstol.[31]
Al mismo tiempo, se hacía más patente la tendencia hacia el desarrollo de la línea insurreccional cuando, presumiblemente, entre febrero y marzo de 1954 fue creado el Movimiento Nacional Revolucionario en la Universidad de Oriente, contando con la presencia del doctor Armando Hart, miembro de su ejecutivo nacional, con motivo de ser invitado este como orador principal al acto de Fe Martiana en dicho centro con el cual se cerraba la conmemoración del centenario del Apóstol.[32] El ejecutivo provincial quedó integrado por Rafael Dujarrí, organizador; Frank País, acción; Vilma Espín, propaganda; Jorge Ibarra, estudiantil; y María Antonia Figueroa, finanzas. Con el ingreso de Frank a sus filas se produjo también la entrada de todos los miembros de su organización “Decisión Guiteras”.[33] Durante su estancia en la ciudad, el doctor Hart pudo leer el Manifiesto a la Nación escrito por Fidel desde la cárcel y publicado por un grupo de jóvenes entre los que se encontraban Frank y Josué País, Félix Pena, Carlos y Nano Díaz, José Quiala.
El primer aniversario del 26 de julio fue conmemorado por el movimiento estudiantil en Santiago de Cuba. Temístocles Fuentes y Orlando Carvajal, fueron detenidos y acusados por el SIM de organizar acciones para ese día. Fuentes, que había entrevistado a las heroínas del Moncada al ser puestas en libertad declaró “…los compañeros del 26 de Julio vinieron a devolvernos las libertades públicas perdidas, a repartir la tierra al campesinado, a proteger al obrero y ayudar a la niñez desamparada (…) nosotros juramos ante los mártires del 26 mantener firme la lucha por la libertad y el progreso de Cuba”.[34] Josué País, fue detenido y torturado por pegar proclamas alegóricas a la fecha. El Frente de Mujeres Cubanas convocó a una misa y peregrinación al cementerio que culminó con la detención de varios de los participantes.
En el acto de cierre de la campaña presidencial del doctor Grau en la capital oriental del 24 de octubre fue una demostración temprana del repudio de todas las clases sociales a la dictadura, cuando el nombre que corearon al unísono millares de gargantas no fue el del caudillo de la Cubanidad, sino el de Fidel, quien comentó entusiasmado: “Estudié detenidamente la multitud desde el punto de vista sicológico, y la reacción que se produjo allí es un fenómeno que no tiene precedentes ¡Qué lección tan formidable para la alta jerarquía allí reunida! ¡Qué leales son los hombres de nuestra provincia!”.[35]No por gusto, orientó que se le asignara a Oriente la mayor cantidad de ejemplares de la primera impresión de su alegato de autodefensa.[36] En el discurso el 27 de noviembre en la Escuela de Comercio, Pepito Tey -presidente del BEM de la Universidad de Oriente- hizo un paralelo histórico entre los crímenes cometidos por los voluntarios españoles y los soldados del Regimiento # 1 a partir del 26 de julio, reproduciendo citas textuales del documento.[37] Unas semanas después, al conmemorarse el 58 Aniversario de la caída del Lugarteniente General Antonio Maceo, Félix Pena –presidente de la Federación Provincial del BEM– escribió: “El hombre fuerte aquí no es el madrugador que jugó al seguro, pues no solamente iba amparado por grandes intereses extranjeros, sino hasta por la cancillería de un imperio en decadencia. El hombre aquí es Fidel Castro joven oriental que ha sabido salvar en parte el prestigio y honor de la juventud de este triste centenario del Apóstol.”[38]
Al iniciarse 1955 en Santiago de Cuba, las protestas de calle se hicieron coincidir con la organización de un Fórum contra el proyectado Canal Vía Cuba –Rompe Cuba en la voz popular- en la Universidad de Oriente, y la realización del primer desfile de las antorchas como colofón de la “semana martiana”. El Congreso Nacional de Estudiantes Secundarios, efectuado en la casa de altos estudios contó con la participación de delegados de todo el país, quienes a través de un manifiesto dirigido a la juventud cubana y al pueblo en general, dieron a conocer su posición radical frente a la problemática nacional. Para ese entonces, ya Frank País había creado Acción Revolucionaria Oriental (ARO), que devino poco tiempo después en Acción Nacional Revolucionaria (ANR), que aglutinó en su seno a un grupo de hombres y mujeres que procedían fundamentalmente de las clases y sectores más humildes de la población, incluyendo los proletarios, semiproletarios y desproletarizados del entorno urbano de la ciudad. La tarea principal a la que se entregaron desde un inicio fue la búsqueda de recursos necesarios –armas y explosivos- con que llevar a cabo la lucha armada contra el régimen.[39]
Al mismo tiempo, arreció la campaña de solidaridad a favor de la amnistía para los presos políticos sin exclusiones, mediante la recogida de firmas, divulgación de proclamas y otras iniciativas. La movilización popular ejerció una enorme presión sobre el dictador, que dictó una ley de amnistía política donde se incluyó a los sancionados en la Causa 67/56. El 17 de mayo de 1955, dos días después de la liberación de los veintiseistas, en Santiago de Cuba un grupo de revolucionarios trasponían las rejas de la cárcel provincial y Otto Parellada declaraba a la prensa su intención de seguir atentamente las orientaciones del doctor Fidel Castro, al que llamó máximo guía y símbolo de la juventud cubana.[40]Entre los que pudieron entrevistarse con Fidel estaban Temístocles Fuentes y Félix Pena, y Jorge Ibarra, por orientación de Frank le propuso coordinar sus esfuerzos para llevar adelante de inmediato la lucha insurreccional, a la que este declinó aceptar pues “…había que organizar todo el movimiento primero, antes de lanzarse a ninguna acción”.[41] Aunque este nunca abandonó la idea de la insurrección armada,[42]quiso demostrar que ellos no eran perturbadores de oficio y no deseaban un derramamiento de sangre inútil si se podía hallar la solución verdadera por otras vías como la de elecciones generales, a sabiendas de que el dictador no iba a aceptar su propuesta, se propuso desenmascararlo a riesgo de su propia vida.[43]
Corroborada su tesis, y analizando las directrices programáticas del partido de Chibás y de otros movimientos surgidos entonces, llegó a la conclusión de que todas coincidían en lo fundamental: la necesidad de realizar grandes reformas políticas, sociales y económicas para instaurar un régimen de justicia y libertad, consideró posible que en las filas del “partido de la independencia cubana” estuvieran unidos todos aunque no tuvieran igual grado de conciencia revolucionaria, por lo que declaró: “El momento actual también es de unidad, pero bajo una sola insignia”.[44] Antes de su partida hacia el exilio del que “…no se regresa, o se regresa con la tiranía descabezada a los pies”[45], dejó constituida la primera Dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio y dio las orientaciones para su extensión a todo el país.[46]
Fundación del MR.26-7 en Santiago de Cuba y otros municipios de la provincia oriental
Se iniciaba la primera fase de expansión del Movimiento 26 de Julio a nivel nacional, proceso que en la provincia de Oriente comenzó en julio de ese año. Los testimonios publicados no precisan claramente el momento o la fecha exacta en que se produce la fundación de su Dirección Provincial. María Antonia Figueroa, refiere haber participado en la reunión constitutiva de la Dirección Nacional, donde Fidel después de explicar toda la proyección futura de la lucha, nombró a Lester coordinador y a ella tesorera provincial y les orientó buscar en Oriente a los elementos que creyeran afines para sumarlos al Movimiento 26 de Julio, mencionándole algunos nombres, entre ellos los de Baudilio Castellanos y Gloria Cuadras. “Ese es el momento en que le hablo de Frank”, asevera.[47]Y añade “Con este espíritu nos fuimos hacia Oriente a fundar y a organizar allí el Movimiento 26 de Julio…”[48] Cuenta que a su regreso, ella y Léster Rodríguez se reunieron con Frank, el cual manifestó de inmediato su disposición a ingresar en el Movimiento, luego se fueron comunicando con otros opositores antibatistianos, la mayoría de procedencia ortodoxa, quedando conformada la Dirección Provincial.[49]
Se ha podido corroborar que durante los meses subsiguientes ANR siguió operando de forma autónoma e independiente, ejemplo de ello, es el ataque a la estación de policía de El Caney el 24 de Julio y la circulación en Santiago de Cuba del Manifiesto No.1 del Movimiento 26 de Julio bajo las siglas y emblema de su organización en el mes de agosto.[50] Según Léster Rodríguez, tras su primera visita a Santiago después de la constitución de la Dirección Nacional, Miret, encargado de los asuntos bélicos en la Dirección Nacional, se reunió con Frank en casa de su familia en San Vicente, donde “…por tener estos dos compañeros un carácter más o menos similar, hubo al principio una pequeña discordancia, por lo que tuvimos que hacer esfuerzos para que comprendieran bien y efectuaran otra reunión, donde Frank quedó convencido de una serie de asuntos y se tomó el acuerdo de solicitar a la Dirección Nacional la aprobación de Frank como Jefe de Acción en Oriente”,[51] lo que según éste dio los primeros dos votos de Oriente en la naciente organización, el de Frank y el suyo. Según el testimonio de Max Figueroa Araujo, él perteneció a la primera célula del MR.26-7 en Santiago de Cuba que fundó Pedro Miret Prieto, miembro de su Dirección Nacional, aunque no precisa fecha ni lugar concreto, así como las personas que estaban.[52] Su madre, Leocadia Araujo, Cayita, corrobora esas palabras al plantear que cuando Miret fundó la primera célula del 26 en Santiago de Cuba, junto con Frank y Léster llamó a Max a formar parte de la misma, y que el cuartel general de Frank País fue siempre su casa de Carnicería o Pío Rosado n.315.[53]
Gálvez, apoyándose en otros testimonios que coinciden en que se efectuó más de una reunión antes de tomar la decisión de fusionarse, parece disentir sobre el lugar donde tuvo lugar la reunión de fundación definitiva.[54] En la demora, pudieron haber influido varias circunstancias y factores, como la posición de Fidel acerca de la línea a seguir y los requerimientos imprescindibles para lograr la integración de otras fuerzas revolucionarias al 26 de Julio[55] y las reservas de los integrantes de ANR hacia uno de los posibles integrantes de la Dirección Provincial.[56] De acuerdo con Ibarra Cuesta, la fusión entre ambas organizaciones no se produjo de la noche a la mañana sino después de una segunda reunión con Miret, y precisa “Todavía no se conocen las discusiones y las condiciones o capitulaciones previas que puso para ingresar con las fuerzas revolucionarias que dirigía”.[57]
Hay un hecho cierto, y es que Frank contaba con su propia organización en proceso de desarrollo y necesitaba tener la seguridad de que no habría obstáculos para proseguir con la lucha insurreccional armada. Uno de sus integrantes opina que Frank fue el organizador real y efectivo del MR.26-7 en Oriente y eso fue porque él aportó una organización consolidada en torno a la cual se creció, no en la dirección, pero sí en la base, por eso es que él discute, analiza, porque además él tenía un alto sentido de responsabilidad y respeto a los compañeros y como él, desde el principio que le habló a los compañeros, consultó, por eso es que el paso no es de inmediato.[58] Otro considera que ya él [Frank] tenía una fuerza que obedecía a él, que no tenía compromiso con nadie, que lo seguía ciegamente, había creado un mecanismo y establecido determinadas relaciones, que estaba llevando a otros lugares, extendiéndose, y hubiera llegado hasta Pinar del Río, y podía hacer cosas, incluso, al margen de otras organizaciones poderosas. [59]
Eloy Rodríguez, perteneciente al grupo de ANR que dirigía Arsenio Stable en El Cristo recuerda que Frank consultó con cada uno de los jefes de células, a quienes les habló de su respeto y admiración por Fidel, su convicción de que era el único hombre capaz de aglutinar al pueblo, la persona que requería el momento, motivo por el cual, ellos unánimemente estuvieron de acuerdo con el paso. [60] Para Kiki Gil, desde la época de ANR ya se empezaron a realizar cambios en su estructura para mejorar la comunicación entre la jefatura y la base, como fue la creación de los grupos de células, con su correspondiente jefe. Carlos Iglesias, Nicaragua, fue designado como jefe de uno de los grupos, al cual se subordinó la célula que él dirigía y que todavía estaba en proceso de formación. Recuerda que a finales de octubre de 1955, fue convocado por Nicaragua, para una reunión de los jefes de células que conformaban su grupo en casa de Sergio Sanz, sita en Heredia No. 416, entre Calvario y Reloj, en la que éste informó que a partir de ese momento pasaríamos a militar en el MR.26-7 bajo la jefatura máxima de Fidel, y que nosotros nos mantendríamos bajo la dirección de Frank, quien quedaba como Jefe de Acción y Sabotaje de la provincia de Oriente. Este combatiente, considera que ese paso no representó momentáneamente ningún cambio significativo en el orden organizativo pues lo que hicieron fue replicar el que ya traían.[61]
No cabe dudas, de que la entrada de Frank País y su organización al Movimiento 26 de Julio, representó un paso significativo en el proceso de estructuración de esa organización y la hegemonía inmediata que alcanzó la misma sobre el resto de las organizaciones insurreccionales que actuaron en la región oriental de Cuba, al contar ANR con una cierta membrecía, estructurada en células, sus miembros recibían clases de arme y desarme, realizaba propaganda – se confeccionaron dos programas políticos sin ser localizados hasta ahora- y trabajaban en lo relacionado a la realización de más sabotajes, con los escasos fondos recaudados habían adquirido armas cortas y de pequeño calibre. Se ha estimado que su constitución definitiva ocurrió aproximadamente a finales de octubre y principios de noviembre,[62]quedando conformada de la forma siguiente: Coordinador: Léster Rodríguez, Propaganda: Gloria Cuadras, Finanzas: María Antonia Figueroa, Obrero: Ramón Álvarez Martínez, Acción y Sabotaje: Frank País, Asuntos Jurídicos y Doctrinales: Baudilio Castellanos. Esta estructura no se correspondía estrictamente con lo orientado por Fidel para el nivel provincial, [63] y donde la sección de asuntos jurídicos fue una especificidad.
Por mediación de otro miembro de la Dirección Nacional, Antonio López, Ñico -designado para atender la Sección o Frente Juvenil- se crearon las Brigadas Juveniles de Acción y Sabotaje, siendo designado Félix Pena Díaz como su responsable provincial. Este Frente contó con un subfrente estudiantil o Brigadas Estudiantiles, que llegaría a constituir una verdadera fuerza movilizadora de este sector en Santiago de Cuba debido, entre otros factores a la labor previa de concientización y movilización que en esa dirección realizaron sus principales dirigentes (Frank, Pepito, Pena) que dio muy poca o ninguna cobertura a otra organización insurreccional.[64] Las discrepancias existentes entre Frank y Pena debido a la disparidad de criterios sobre el lugar y papel que debía jugar la lucha estudiantil se resolvieron a favor del primero, no significaron un veto para que este ocupara tal responsabilidad.[65]
Junto con la organización de Frank, gradualmente se sumaron al Movimiento 26 de Julio los integrantes de otras organizaciones insurreccionales cuyas dirigencias nacionales se mantenían en la inercia o estaban en franco proceso de disolución, pero en sus bases contaban con hombres honestos y revolucionarios deseosos de empuñar las armas, algunos de los cuales se habían pasado a las filas de ANR, pero se mantenían en sus organizaciones por orientación de Frank. En muchos casos, habían participado en las acciones de solidaridad y apoyo a los veinteseistas, vinculándose con El Movimiento antes de su integración como MR.26-7. Este era, entre otros muchos en Oriente, el caso de los grupos que ahora se aglutinaban por la costa desde Pilón a Manzanillo, y Bayamo, Jiguaní, Baire, Palma, Guantánamo, etc., y de lo que restaba de Acción Libertadora, como los grupos de Otto Parellada, Casto Amador y Oscar Lucero Moya. [66]
La tarea fundamental acometida de inmediato por sus miembros fue organizar el Movimiento en escala municipal.[67]No se ha podido dilucidar en qué momento se creó la Dirección Municipal en Santiago de Cuba, pero al parecer no fue en esta fase que reseñamos en lo que pudo haber influido que allí radicara la Dirección Provincial, cumpliendo esa doble función. Según María Antonia “…Así organizamos Palma Soriano, Mayaría, Holguín, todos los municipios. Para crear esta organización, Frank y yo recorrimos todos y cada uno de los municipios, contando con la ayuda de compañeros de la Dirección Nacional –Pedro Miret y Melba Hernández, entre otros- que nos ayudaban a organizar y controlaban nuestro trabajo”.[68] Léster señala: “A la vez que se organizaba Acción, se dejaba constituido el Movimiento, pues se había delegado en Frank una serie de funciones que incluía finanzas, que era para ir de inmediato a la compra de todas las armas que aparecieran…”[69]
Según Léster la primera en organizarse a finales de noviembre y principios de diciembre fue San Luis, donde se reunieron con Gaspar Reyes, Aldo Llorente y otros que se encargarían de formarla, quedando este último como coordinador.[70] En Palma Soriano la célula “madre” se creó en la casa de Parmenio García Beltrán, en Maceo no. 221, donde estaban presentes Léster Rodríguez y Ramón Álvarez por la Dirección Provincial, Luis Masferrer -enlace con esta- y diez revolucionarios palmeros, quedando García Beltrán como coordinador y tesorero municipal, Carlos Chaín en acción y sabotaje, Antonio Rodríguez Sosa en propaganda y divulgación y Asterio Hernández, El Isleño (azucarero) en el frente obrero. En Contramaestre, Antonio Rodríguez González, había entrado en contacto con Otto Parellada que trabajaba en la construcción de la línea eléctrica a Santiago de Cuba, y por intermedio de él, envió la lista de miembros de Acción Libertadora que decidían pasarse para la referida organización revolucionaria. En reunión efectuada a finales de 1955 en casa de Rodríguez González, se estructuró el primer ejecutivo fungiendo éste como coordinador, Fernando Rodríguez Melón en acción y sabotajes, Miguel Arias como tesorero, Orlando Pantoja Tamayo en propaganda, Manuel Galardy Alarcón en el frente obrero y Nilda Ramírez en el femenino. En otra reunión posterior efectuada en el poblado de Baire y, contando con la presencia de Frank País, se creó la directiva para esa localidad y Los Negros, subordinada a la de Contramaestre, con Aurelio Gutiérrez como coordinador, René Medina en acción y sabotaje, Ángela Álvarez en el frente, femenino y José Camejo en propaganda. En este caso se refiere la existencia de una sección femenina, la cual nunca llegó a tener la estructura de dirección nacional ni provincial.
En el central Miranda (hoy Mella) se estructuró el MR.26-7 a fines del año 1956, cuando Frank País y Pepito Tey por la provincial, Oscar Lucero y otros revolucionarios se reunieron en casa de la maestra Ana Cerra, ubicada en calle 1ra No. 36, donde fue designado Lucero al frente del grupo. Asimismo, se creó el grupo del Chucho 20 y Baraguá con Secundino Aguirre como jefe, el grupo de Palmarito con Abilio Claro como jefe (traidor) y el de Bayate con Mario Brinquizù al frente. En los barrios de Jagua, Pinalito, La Cantera, Chucho 11 y otros, se contó con miembros del movimiento y colaboradores que en su inmensa mayoría eran obreros agrícolas o del central. [71]
A fines de 1956 y principios de 1957 se crearon las dos primeras células en Songo-La Maya, la primera como resultado del trabajo de la célula #3 William Soler Ledea de la Escuela de Comercio de Santiago de Cuba, se fundó en el colegio Bautista de La Maya, entre sus miembros figuraron María Clavero, Raúl Quevedo, Irma Trincado, Santiago Perera, Olga Landeaux, Luisa Mustelier, Enrique Deulofeu, Darwin Arrue, Juan Díaz Cabezas entre otros hasta la cifra de 21, al frente de la dirección estuvo la doctora Concepción Alonso, posteriormente se incorporó Hortensia Hernández Vaquero quien fue muy activa; la otra célula en la zona de Minas de Ponupo dirigida por Carlos Alba Ramírez, y sus hijos: Francisco y Carlos, Nélida Puertas, Raúl y Wilfredo Santiago, Raúl Limonta hasta conformar la cifra de 20.[72]
Hasta el 30 de noviembre de 1956, en la base, el Movimiento se estructuró en células y grupos. El reclutamiento se hacía por relación familiar, amistad o afinidad en cuanto a la necesidad de derrocar al régimen, pero en cualquier caso, debía cumplirse con determinados requisitos para poder pertenecer a la organización y permanecer en ella. El procedimiento general que se siguió fue, el de asignar tareas y de acuerdo con la calidad de su cumplimiento por el aspirante, se determinaba a qué frente o sección se le encomendaba, aunque muchos llegaron a desempeñarse simultáneamente en varios de ellos hasta que posteriormente, después del 30 comenzó un proceso de perfeccionamiento de dicha estructura. Al principio las células podían estar compuestas de 5 a 6 miembros, después se trató de ajustar a 8 y finalmente tuvieron hasta 10 integrantes.[73]
Las primeras acciones de importancia realizadas por el Movimiento 26 de Julio en Oriente fueron: la interrupción del mitin del Partido Ortodoxo que se estaba efectuando en Carretera del Morro, frente a calle 1ra, a una cuadra de Trocha, la noche del sábado 5 de noviembre, gritando las consignas ¡Viva el M-26-7! ¡Viva Fidel! ¡Revolución! ¡ ¡Escobas no, fusiles sí!; el lanzamiento de miles de volantes impresos con la consigna ¡1956…Seremos libres o seremos mártires!, durante la tradicional ceremonia de izaje de la bandera a las doce de la noche del 31 de diciembre en el Ayuntamiento de la ciudad; la noche del 23 de marzo de 1956, todo el Movimiento participó en la acción de pintar todas las paredes y muros de la ciudad, incluyendo los del cuartel Moncada que llevó al jefe militar de la Plaza a comentar sarcásticamente: “El Movimiento 26 de Julio me ha tomado Santiago de Cuba”.
Tomado de Cubadebate