febrero, 2025.- El 17 de febrero de 1927 nació Juan Almeida Bosque, destacado combatiente y guerrillero, uno de los Comandantes de la Revolución Cubana que llegó a miembro del Buró Político del Partido Comunista y Vicepresidente del Consejo de Estado de la República de Cuba, cuya exquisita sensibilidad humana y artística le permitió convertirse en un prestigioso escritor y compositor musical.
De extracción humilde, ejerció varios oficios para ganarse la vida; se vincula a la Generación del Centenario a través de su amigo Armando Mestre, también albañil y vecino como él del capitalino reparto Poey.
Almeida fue uno de los asaltantes al cuartel Moncada; vivió el presidio y el exilio, regresó a Cuba en el Yate Granma y durante el combate de Alegría de Pío rescató a Ernesto Guevara, el médico de la expedición, quien se encontraba herido en el cuello, y ante la invitación a que se rindieran gritó:“¡Aquí no se rinde nadie, C…..!”, frase que constituye uno de los símbolos de la Revolución Cubana.
En la Sierra Maestra Almeida mandó una escuadra durante en el ataque al cuartel de La Plata, primera acción victoriosa de los rebeldes, luego participó en la exitosa emboscada rebelde a las tropas de Ángel Sánchez Mosquera en Arroyo del Infierno y estuvo presente también en la sorpresa de Altos de Espinosa.
Ascendido a Comandante, se le asignó la dirección de la columna 3 que operó en el Tercer Frente Mario Muñoz Monroy, en la actual provincia de Santiago de Cuba, y tras el triunfo revolucionario ocupó importantes responsabilidades como jefe de la Fuerza Aérea Revolucionaria, del Estado Mayor del Ejército Rebelde, al desaparecer físicamente Camilo Cienfuegos.
Por sus muchos y relevantes méritos recibió múltiples condecoraciones y órdenes nacionales e internacionales, entre los que destaca el Título Honorífico de Héroe de la República de Cuba y la Orden Máximo Gómez de primer grado, otorgados el 27 de febrero de 1998, en ocasión del aniversario 40 de su ascenso en la Sierra Maestra.
Juan Almeida Bosque fue, además, presidente de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC), pero su legado va más allá de la lucha revolucionaria, pues, incursionó en el arte como escritor y compositor musical, con una valiosa y prolija obra artística que supera las 300 canciones y una docena de libros.