Florida, 28 ago.- La seguridad personal y el cuidado de la calidad de vida de las embarazadas que permanecen ingresadas en el hogar materno Amparo Carriera Montes, del municipio de Florida, no es solo responsabilidad de la institución y del sistema de Salud Pública, también corresponde a las familias velar por el cumplimiento de las orientaciones médicas y la disciplina de cada una de ellas.
Este llamado a la conciencia se dirige, sobre todo, a los padres, tutores o cónyugues de las adolescentes y otras gestantes con criterio de ingreso en el Palacio de la Maternidad floridana, muchas de las cuales se resisten a la estancia en el lugar y asumen comportamientos imprudentes como la fuga de esa unidad, destinada a vigilar y prevenir los riesgos del embarazo.
Tanto el Gobierno como las autoridades del Programa de Atención Materno Infantil (PAMI) del municipio y del país, realizan esfuerzos extraordinarios con el propósito de garantizar alimentación, asistencia médica y todo el confort posible durante la estancia en esa institución, en los casos de amenaza inminente para la supervivencia de la futura mamá o del hijo por llegar.
En consecuencia, la actitud de colaboración de las familias y la autorresponsabilidad de las propias embarazadas deben convertirse cada vez más en muestras de respeto hacia los cuidados integrales recibidos en el Hogar Materno del territorio, una conquista de la Revolución que se defiende con dignidad, bajo serias limitaciones pero con altísima prioridad.