Agosto, 2024.- El 24 de agosto de 1879 a la manigua insurrecta cubana volvieron los disparos redentores que pretendían conquistar la verdadera paz con independencia y abolición de la esclavitud, objetivos frustrados con el Pacto del Zanjón; comenzaba en Cuba la Guerra Chiquita, una nueva etapa de lucha liberadora del pueblo cubano, continuadora de las luchas iniciadas en 1868.
Y aunque el levantamiento armado liderado por Calixto García duró menos de un año y no llegó a alcanzar carácter nacional, pues los principales alzamientos abarcaron determinadas zonas de Oriente y Las Villas, sí fue una clara indicación que para los insurrectos cubanos la Paz de Zanjón no era el último capítulo de la lucha por la independencia del colonialismo español.
Los factores adversos condujeron al fracaso en los diferentes territorios alzados; fue significativo el Pacto de Confluente, firmado el 29 de mayo de 1880 por el mayor general Guillermo Moncada y el general de brigada José Maceo; por su parte, el coronel Emilio Núñez permaneció combatiendo hasta el 3 de diciembre, cuando depuso las armas, con lo que finalizó el segundo intento independentista de los cubanos.
Pese a su corta duración, la Guerra Chiquita constituyó un momento imprescindible de la historia patria, demostró la validez del ideal independentista y la inquebrantable decisión del pueblo cubano de obtener su definitiva emancipación.