EDITORIAL
Julio, 2024.- La madrugada del 26 de Julio de 1953, en medio de la más cruel, criminal y violenta dictadura vivida por el pueblo cubano en el siglo 20, un grupo de jóvenes seguidores de las ideas del Apóstol de la independencia nacional José Martí, encabezados por Fidel, se lanzaron al asalto de la segunda fortaleza militar más importante del país, bajo la consigna de vencer o morir en defensa de la dignidad para la patria ultrajada.
Era la mañana de la Santa Ana, y aún cuando los disparos del compromiso, la rebeldía y patriotismo de la Generación del Centenario no alcanzaron el blanco esperado, la gesta del Moncada quedó marcada para siempre en la historia como el motor pequeño que puso en marcha, nuevamente, la lucha revolucionaria por la definitiva independencia de la nación cubana.
Los herederos de las nuevas victorias nacidas después de aquel suceso heroico conmemoramos juntos su aniversario 71, convocados por las palabras de Fidel cuando expresó: «Hay una razón que nos asiste más poderosa que todas las demás: somos cubanos, y ser cubano implica un deber; no cumplirlo es crimen y es traición”.
La congratulación por el Día de la Rebeldía Nacional llega esta vez, quizás, en medio de la coyuntura más compleja que haya existido para la supervivencia de la Revolución y sus conquistas en los últimos 64 años.
Incluso cuando algunos lo olvidan, y otros se empeñan en negarlo, el recrudecimiento del férreo bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de Estados Unidos contra el pueblo cubano hasta niveles extremos provoca daños incalculables en la economía y la sociedad de este archipiélago.
Ese propio engendro nos impide crecer al ritmo deseado, y con sus políticas hipócritas y de doble rasero busca dividir a la familia cubana y roba una parte importante de la sangre más valiosa para la construcción del futuro en la tierra de José Martí.
En el actual desafío, también, persisten carencias y deficiencias internas cuya solución debe ser parte del actuar diario de los nacidos en esta isla caribeña, con el mismo empuje, la fe y responsabilidad mostrados por aquellos que defendieron la esperanza y alcanzaron la gloria en los muros del Moncada.
La producción de alimentos, el saneamiento de la economía, el combate contra las ilegalidades, la indisciplina, el descontrol, el robo y la corrupción; junto al enfrentamiento a la evasión fiscal y el logro de mayor eficacia, productividad y calidad en los procesos demandan la participación del ciento por ciento de los floridanos.
La condición de municipio Destacado en la emulación por la efeméride rojinegra, otorgada por el Buró provincial del Partido Comunista en Camagüey, es un premio al esfuerzo de los educadores, los deportistas, el personal de salud, los agricultores de vanguardia y muchos otros compatriotas que se esfuerzan cada día por satisfacer las necesidades y demandas populares.
El sostenimiento del curso escolar en todos los niveles y la inauguración de obras en este sector; la reparación del hospital municipal Manuel Piti Fajardo y la recuperación de su Sala de Terapia Intensiva con el apoyo de diferentes actores y organismos constituyen, entre otros, ejemplos del Sí se puede.
La disminución de la tasa de mortalidad infantil con respecto al año anterior; la conquista de medallas en importantes eventos del deporte nacional e internacional y la respuesta de varios campesinos de la avanzada agrícola del territorio hablan también de la voluntad de vencer de los floridanos.
El respeto y la gratitud a los mártires de la epopeya moncadista, y la garantía de vivir en paz en tiempos convulsos por la ambición y la guerra, deben fundamentarse, cada vez más, en la conciencia ciudadana, el orden público, la vigilancia revolucionaria, la unidad en torno al Partido Comunista y el rechazo abierto a cualquier indicio de división o desmontaje de las estructuras y conquistas del socialismo.
Como lo ratificaron los héroes y mártires del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes hace ya 71 años, «el porvenir, la independencia, la soberanía y la integridad de la Patria cubana estuvieron ayer, están hoy y estarán por siempre del lado del deber».
¡Los cantos de sirena, el odio y el desprecio de un imperio decadente, revuelto y brutal; las dificultades coyunturales, el cansancio de unos pocos; las calumnias contra Cuba; el envenenamiento a través de las redes sociales y la apuesta por destruir la voluntad de resistencia se estrellarán una vez más contra el prestigio, el amor y las convicciones fidelistas que amparan y guían la resistencia heroica, cotidiana y salvadora de los cubanos!
! Gloria eterna a Fidel Castro y a la Generación del Centenario, y vivan para siempre los héroes y mártires de la gesta del Moncada!
¡Su sangre no se derramó en vano!