Cuando se hable de Cuba en alegres reuniones,
y se digan canciones que los hagan vivir,
que recuerden las mías que sirvieron de guía…
Julio, 2024.- Con estos versos incluidos en lo que su autor denominó “mi última sindada” evocamos a Gumersindo Garay García, conocido en el mundo artístico como Sindo Garay, uno de los grandes de la trova tradicional cubana que falleció el 17 de julio de 1968 en La Habana.
Nacido en Santiago de Cuba el 12 de abril de 1867, en sus años de infancia, en pleno apogeo de la primera guerra de independencia, en ocasiones llevó importantes mensajes de los patriotas cubanos; es famosa la anécdota de que siendo un adolescente cruzó varias veces la bahía santiaguera, una de las más amplias del país, con órdenes y documentos de los que luchaban contra España.
Sin formación académica y sin conocer las más elementales nociones técnicas formales de la música Sindo Garay supo ganarse un sobresaliente lugar en el cancionero tradicional cubana y creó obras consideradas perfectas que tuvieron como inspiración el paisaje de su tierra natal, el amor y la mujer.
Su legado incluye más de 600 composiciones, que retratan la idiosincrasia cubana, y entre los títulos de su vasto catálogo de compositor se destacaron Mujer bayamesa, Tardes grises, Amargas verdades, Perla marina, Ojos de sirena, El huracán y la palma, Rayos de oro, Guarina, Retorna, Clave a Maceo, La baracoesa y Adiós a La Habana, junto a otras muchas.
Sindo se presentó en Haití, República Dominicana, Puerto Rico y Francia, país este último donde lo invitó a actuar Rita Montaner en 1928; en Cuba trabajó en teatros, peñas, cafés, bares y cines de un considerable número de ciudades del territorio nacional, aunque desde 1906 fue La Habana la principal plaza de quehacer profesional.
El destacado músico y compositor trabajó, además, en varias radioemisoras cubanas como PWX, Mil Diez, CMBZ, CMQ y la RHC-Cadena Azul, donde en 1946 fue contratado, junto con su hijo Guarionex, para el programa Canciones en la noche; hizo numerosas grabaciones discográficas y participó en programas de televisión, tras llegar ese medio de comunicación en Cuba.
Al escuchar la música del trovador. el tenor italiano Enrico Caruso solo pudo pronunciar la palabra ¡Exotismo!, y el compositor, director, pianista y pedagogo cubano José Marín Varona exclamó: “Se puede pasar de inteligencia a talento, de talento a genio tal vez, pero a fenómeno… ¡Eso es muy difícil!”.
Similares elogios recibió del destacado violinista afrocubano Claudio José Brindis de Salas, que se deslumbró ante los giros melódicos y acordes logrados por Sindo en la guitarra; el poeta andaluz Federico García Lorca lo definió como El Gran Faraón de Cuba.
Sindo Garay conoció a muchas importantes personalidades como Guillermón Moncada, a Julio Antonio Mella, y es probablemente el único que tuvo la oportunidad de estrechar las manos de José Martí y después las de Fidel Castro.