Julio, 2024.- María Isabel del Rosario Rubio Día, quien por su patriotismo y valor pasaría a la historia como la Capitana de Occidente, nació el 8 de julio de 1837 en Paso Real de Guane, Pinar del Río; integrante de una familia adinerada abrió siempre las puertas de su casona a cuantos necesitaban alivios a sus penurias, medicinas gratuitas y un lugar en la mesa.
Se incorporó al movimiento conspirativo en 1882 y participó en importantes reuniones clandestinas con José Martí en Cayo Hueso y Nueva York, cuando se preparaban las condiciones para reiniciar la guerra por la independencia en Cuba; su magisterio político y social trascendió a la familia y contribuyó a formar la conciencia patriótica en aquellos jóvenes que se unieron a las tropas de Antonio Maceo en la contienda.
Conocida como Isabel Rubio, en la manigua se dedicó a labores de sanidad al frente del hospital militar ambulante, tarea que asumió con gran responsabilidad teniendo que enfrentar los frecuentes ataques y persecuciones de que era objeto.
Con sus tres nietos y su hijo Modesto organizó un hospital de sangre, curó sin descanso en plena manigua a los valientes mambises que peleaban por la independencia de Cuba; agotó sus medicinas, más las donadas por simpatizantes de la causa libertaria, y cuando no tuvo con qué curar, buscó hierbas por los campos, deshizo sus sábanas y ropas íntimas para fabricar vendajes y convirtió en harapos sus vestidos.
Cuando la columna invasora llegó a tierras pinareñas, el 20 de enero de 1896, el Mayor General Antonio Maceo, que conocía sus valores, la visitó y le dio a esta valiente mujer el grado de Capitana de Sanidad; a finales del propio año, durante la segunda incursión del Titán de Bronce en la provincia de Pinar del Río, a pesar de sus 58 años de edad, recorrió con su hospital de campaña más de 150 kilómetros, prestando sus servicios sanitarios a los combatientes.
En febrero de 1898, un ataque sorpresa al campamento de Loma Gallarda, La Capitana de Occidente resultó herida y la tropa española logra atraparla; la conducen en calidad de prisionera de guerra al hospital de San Isidro, de la capital pinareña, con una lesión que por su curación tardía estaba gangrenada y que más tarde le causó la muerte.
En eterno homenaje a su valentía, su pueblo natal, Paso Real de Guane, lleva hoy con orgullo el nombre de Isabel Rubio, excelsa patriota del occidente cubano, digno ejemplo de la participación de la mujer en las luchas por la independencia de Cuba.