Contaminación en Guatemala, otro desafío que recordó la lluvia (+Fotos)

Contaminación en Guatemala, otro desafío que recordó la lluvia (+Fotos)

Ciudad de Guatemala.- Cuando apenas comenzó la temporada de lluvias, con registros por encima de lo normal, sobresalieron otros desafíos ante la nueva administración de Guatemala, como la contaminación ambiental: inundaciones de basura en ríos e importantes lagos.

Pasados cinco meses del Gobierno del presidente del país, Bernardo Arévalo, conocida ya su lucha contra la corrupción, la inseguridad y una Fiscal General (Consuelo Porras) renuente a abandonar el cargo, las precipitaciones abrieron preocupantes socavones.

Dejados atrás los aprietos con los incendios, latente situación en Puerto Quetzal (costa del Pacífico), se destaparon además deslizamientos de tierra, deslaves, lahares en la cadena volcánica, daños en la red vial e infraestructuras.

El hundimiento en los primeros días de junio en el kilómetro 44 de la autopista Palín-Escuintla activó las alarmas debido a su papel en el traslado de mercancías hacia el sur, por lo cual el propio mandatario nacional supervisó las obras.

En declaraciones a la prensa, el jefe de Estado explicó el trabajo de fondo para identificar la falla y restablecer el paso por la vía en el menor tiempo posible (tardará tres semanas el tránsito parcial y seis total, confirmó).

Parte de la problemática -describió Arévalo- surge porque en el país no existe un manejo adecuado de la basura, cuestión que lleva a que los residuos sean arrastrados y llenen las cuencas y cañadas para finalmente taponar los desagües, subrayó.

Algo tan sencillo como tirar una botella de plástico en lugares no adecuados causa desastres como los que se presentan en este sector, pero se hace todo lo que se puede, remarcó el abanderado del partido Movimiento Semilla.

RÍO GUACALATE

Las imágenes de la crecida del río Guacalate en San Lorenzo el Tejar, municipio de Pastores, departamento de Sacatepéquez, a 54 kilómetros de esta capital, sacaron a flote, aparte de las toneladas de desechos, las posibles raíces de tal arrastre.

Usuarios en las redes sociales señalaron la falta de compromiso de las alcaldías hacia el bien común, la carencia de plantas de tratamiento de aguas y, entre tanto, como primario, la de educación y cultura.

Mucha gente está acostumbrada en este territorio centroamericano a solo tirar la bolsa de basura en la calle, de sus carros a cualquier espacio y sin conciencia, declaró a Prensa Latina María Mercedes Choy, de 65 años, jubilada e indígena maya.

Nuestros padres nos enseñaron a respetar siempre la Madre Naturaleza, cargar los desechos hasta llegar a un depósito y listo, agregó la sicóloga de profesión.

Es el reflejo de lo que somos como sociedad, una buena parte expresa que ama al país, que es chapín hasta la médula pero actúa de tal modo, tira de todo en cualquier parte, acotó Choy.

Analistas locales advirtieron sobre la necesidad de normas adecuadas, recordaron la Ley de Aguas y la de Minería en manos del Congreso, estancadas cuando deberían constituir prioridad, remarcaron.

LAGOS ATITLÁN Y AMATITLÁN

Las intensas lluvias provocaron que ríos trasladaran una gran cantidad de plásticos flotantes hacia las orillas de los lagos Atitlán (departamento de Sololá) y Amatitlán (ubicado en el área metropolitana), dos joyas turísticas de esta nación.

Igualmente bolsas, gomas, colchones, metales y hasta cadáveres de animales, lo cual en dos días representó en el caso del segundo embalse mil 200 metros cúbicos, según cálculos oficiales.

Personal de la División de Control Ambiental de la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca y del lago de Amatitlán laboró contra reloj por extraer la mayor cantidad de basura, por la persistencia de las precipitaciones. La entidad divulgó que diariamente, en promedio, retiraron 240 metros cúbicos, mientras fueron tres veces más durante el fin de semana del 15 y 16 de junio.

La Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca del lago de Atitlán recolectó, por su parte, un total de 748 libras de residuos solo en el río San Francisco, del municipio de Panajachel, que desemboca en el cuerpo de agua.

A juicio de conservacionistas, citados por el periódico local Prensa Libre, generan mayor preocupación, entre los contaminantes, los químicos usados en la agricultura, que también terminan arrastrados por las aguas hacia el lago.

Para especialistas consultados por esta agencia, urge la prohibición del plástico en Guatemala, así como la exigencia a las autoridades municipales de un plan para el acopio y tratamiento de la basura.

Asimismo, expusieron, son diferentes los procesos productivos que vierten a los ríos, sin un pronunciamiento de la Cámara de Industria, u otras.

¿SORPRESA?

La temporada de lluvias en la tierra del quetzal dura aproximadamente seis meses cada año, de mayo a octubre, por lo que históricamente afecta de múltiples formas a la población y el ecosistema.

El aumento de la tala de árboles debido a la urbanización, de acuerdo con varios análisis, facilita el desprendimiento de la masa de tierra en las laderas de los cerros, montañas, barrancos o cortes de caminos a los costados de las carreteras.

El presidente del país, al abordar recientemente el estado de la infraestructura, indicó que eventos extremos, como las lluvias de las últimas semanas, serán cada vez más frecuentes por el cambio climático.

“Tampoco podemos fingir sorpresa ante el estado de nuestra infraestructura después de décadas de negligencia, incompetencia y corrupción”, reflexionó el político de 65 años.

Sin embargo, expertos llaman a buscar salidas efectivas e integrales a asuntos como la contaminación ambiental, que consideran un filón por donde corre igualmente impunidad y una oportunidad de repensar el desarrollo.

Duele en el alma ver las inundaciones de basura en ríos e importantes lagos, y lo más triste es que no hacemos nada, ni conciencia para enfrentarlo paso a paso, insistió la sicóloga Choy.

Tomado de Prensa Latina

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