Junio, 2024.- El 18 de junio de 1926 muere Carlos Benigno Baliño López, a quien José Martí llamó “el cubano de oro”, trabajador tabacalero y uno de los precursores más lúcidos del pensamiento marxista en Cuba, que colaboró con publicaciones periódicas dentro y fuera del territorio nacional y constituye el ejemplo del luchador honesto y digno contra todas las formas de la esclavitud humana e injusticias
Baliño fue una figura imprescindible para el movimiento obrero y antiimperialista de Cuba, digno ejemplo de una vida entera entregada a la lucha sincera por el bienestar colectivo; y aunque dotado de una sensibilidad exquisita para escribir versos de amor, la razón de ser y el sentido de su existencia le llevaron a proyectarse con más vehemencia en el ideal y accionar marxista.
Carlos Baliño fue el puente de dos generaciones: firmó junto a José Martí las bases y el acta de constitución del Partido Revolucionario Cubano, en Cayo Hueso, y en unión de Julio Antonio Mella y otros militantes fundó el Primer Partido Comunista de Cuba en 1925.
Tras su muerte, ocurrida en fecha similar a esta de 1926, más que una nota necrológica, el periódico El boletín del cigarrero dejó como epitafio para la tumba del desaparecido combatiente un artículo titulado La caída del roble, que en uno de sus párrafos afirmó: “Los trabajadores de Cuba, y especialmente los comunistas, han perdido a uno de sus mejores militantes”.