El 7 de junio de 1960, el Comandante en Jefe Fidel Castro complementó con un rotundo ¡Venceremos!, el ¡Patria o Muerte! pronunciado tres meses antes en el sepelio de las víctimas del vapor La Coubre.
Al intervenir en el Congreso de la Federación Nacional de Trabajadores de Barberías y Peluquerías, efectuado en la capital, el líder de la Revolución cubana expresó. “Para cada uno de nosotros, individualmente, la consigna es ¡Patria o Muerte!, pero para el pueblo, que a la larga saldrá victorioso, la consigna es ¡Venceremos!”.
En esos días, la Comisión Interamericana de Paz había abierto un expediente acusatorio a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana con el encubierto propósito de aplicar el mismo procedimiento al joven proceso cubano pretextando violación de los derechos humanos.
Frente a la casi firme posibilidad de un ataque militar, Fidel advierte que “El país se va a defender, y no solo se va a defender, ¡sino que el país va a derrotar cualquier agresión armada!”.
El Comandante en Jefe les manifestó que ellos, trabajadores de barberías y peluquerías, por su contacto permanente con la población tenían la tarea de la lucha en la calle, porque lo único que no se puede hacer en una Revolución, como en una guerra, es no contestar al fuego del enemigo.
En el memorable discurso Fidel expresó, además, que “¡Esta trinchera se mantendrá firme e invencible! porque los que estamos en ella, los que tenemos el privilegio de estar en esa trinchera, no la perderemos; los que tenemos el privilegio de jugar este rol que Cuba está jugando en la historia de este continente sabremos estar a la altura de las circunstancias, con la seguridad de que venceremos, vencerá nuestro pueblo!
¡Cueste lo que cueste, vencerá nuestro pueblo! Porque sus hijos están decididos a defenderlo, porque sus hijos tienen el valor, el patriotismo y la unión que en una hora como esta se necesita”.
Y concluyó su discurso con la expresión ¡Venceremos!, convencido de que su pueblo, si bien estaba dispuesto a defender la obra revolucionaria hasta sus últimas consecuencias, lucharía hasta obligar al enemigo a morder el polvo de la derrota.