Mayo, 2024.- En las Reflexiones publicadas el primer día de junio del año 2012 Fidel Castro explicó que un fuerte sentimiento de solidaridad los llevó a atacar el Cuartel del Uvero, ya que unos días antes había ocurrido el desembarco del Corynthia, dirigido por Calixto Sánchez White, y como ya tenían la experiencia de lo que podía ocurrirles en los primeros instantes, pretendían salvar la vida de los expedicionarios.
Ocurrido al amanecer del 28 de mayo 1957, en la actual provincia de Santiago de Cuba, el disparo que marcó el comienzo de la acción salió del fusil de mirilla telescópica que portaba Fidel, dirigido al equipo de radio de la guarnición para impedir que solicitara refuerzos, en particular de la aviación.
El ataque al cuartel de El Uvero fue, además, la enérgica respuesta del Ejército Rebelde a las campañas difamatorias desatadas por el gobierno de Fulgencio Batista, ante la aparente calma bélica de la fuerza guerrillera que se encontraba en un período de organización, preparación y entrenamiento en la serranía, al tiempo que recibía armas y hombres de las ciudades para su incorporación a las filas.
Valor y coraje derrocharon los participantes en el ataque, en el cual cayeron siete revolucionarios, entre ellos Julito Díaz y Emiliano Díaz (Nano), este último a pocos pasos del cuartel, cuando casi comenzaba la rendición enemiga; Allí se ocupó armamento y municiones, que engrosaron el arsenal para la lucha, en la ofensiva final de la guerra de liberación.
La acción de El Uvero quedó para la historia como una de las más importantes victorias del naciente Ejército Rebelde; de ella escribió Fidel que “Todo lo que se diga sobre la valentía con que lucharon no acertaría a describir el heroísmo de nuestros combatientes”.
El capitán Juan Almeida fue el alma del combate y el Che Guevara, quien entonces era el médico, comenzó a destacarse allí como un guerrillero impetuoso que dio al Ejército Rebelde categoría de tropa experimentada.
De los 53 integrantes del ejército de la tiranía en El Uvero, 46 fueron bajas, de ellos 11 muertos, 19 heridos y 16 prisioneros, según consta en el relato que hiciera Fidel Castro a Frank País sobre esta acción, en la cual la guerrilla ocupó muchas armas, entre ellas rifles Garand y Browing, así como gran cantidad de parque.
Al referirse a esa acción, El Che Guevara aseguró que “por ambos lados se hizo derroche de coraje. Para nosotros fue, además, la victoria que marcó la mayoría de edad de nuestra guerrilla”.
En El Uvero comenzó a quedar demostrado que, mediante la lucha guerrillera, no solo era posible hostigar al régimen dictatorial, sino que el Ejército Rebelde podía desarrollar las potencialidades necesarias para la toma del poder por la Revolución.
Las armas ocupadas en el combate del Uvero y el crecimiento en las filas de la guerrilla, permitió la creación poco tiempo después de una segunda columna denominada Columna 4, bajo el mando de Ernesto Che Guevara.
