Mayo, 2024.- Guillermo Isaías Sardiñas Menéndez fue uno de los jóvenes cubanos que conmovido por los hechos del asalto al cuartel Moncada ingresa al Movimiento 26 de Julio, desde esa organización brindó su apoyo desinteresado a la Revolución cubana y llegó a ser conocido como el padre Sardiñas o el comandante de sotana verde olivo.
Nacido el 6 de mayo de 1917 provenía de una familia muy humilde, era modesto y sencillo, compartía con todo el mund, y participaba en cualquier actividad como jugar al dominó; montar a caballo; le gustaba la música y el cine, hacía cuentos; jugaba al béisbol con los niños y con los adultos en la novena del pueblo; visitaba a los campesinos y realizaba trabajo de bautizo sin cobrar nada y hasta organizaba fiestas para recrear a los jóvenes.
Por su forma de accionar ganó muchas enemistades de la clase burguesa, pues estuvo siempre a favor de la Reforma Agraria, consideraba que los campesinos tenían todo el derecho de trabajar un pedacito de tierra y apoyó todas las medidas que tomó la Revolución para favorecer al pueblo, por lo que fue despreciado por sus colegas eclesiásticos que llegaron a pedir que lo expulsaran del sacerdocio.
El sacerdote de sotana verde olivo lloró cuando conoció la noticia del triunfo del 1ro de enero de 1959, su apoyo desinteresado a la Revolución, como bien planteaba él mismo, no fue solo de forma espiritual sino porque se sentía parte del pueblo, y deseaba su liberación, por eso afirmó: “¡Cuba es libre! (…) La guerra ha terminado; cumplimos con nuestro deber de clérigo y de cubano”.
Guillermo Isaías Sardiñas Menéndez recibió el título de comandante en reconocimiento a su jerarquía y sus méritos, mientras estuvo en la sierra con el Ejército Rebelde enseñó a leer y escribir a los campesinos de las zonas aledañas y a los propios guerrilleros.
Después del triunfo del 1ro de enero de 1959 se mostró a favor de la expulsión de los sacerdotes que participaban en actividades contrarrevolucionarias y trataban de utilizar la religión en contra del proceso revolucionario que se vivía en el país, y hasta los últimos días de su vida vistió una sotana verde olivo diseñada para él por Camilo Cienfuegos y en ella los grados de comandante.