En Trinidad, al pie del monumento que recuerda su vil asesinato el 29 de abril de 1964 por elementos contrarrevolucionarios, se rindió tributo este domingo a Alberto Delgado Delgado, agente encubierto de la Seguridad del Estado, cuya labor fue decisiva para la desactivación de las bandas de alzados durante la lucha contra bandidos.
En el aniversario 60 del crimen, combatientes del Ministerio del Interior, jóvenes, trabajadores de varios sectores y autoridades de la provincia y el municipio participaron en el homenaje, que devino momento para ratificar los principios de fidelidad del pueblo cubano a su Revolución, victoriosa a pesar de los enemigos y de tantos intentos en vano por destruirla.
En el acto, presidido por Roberto Pérez Jiménez, miembro del Comité Central del Partido y jefe de su Departamento de Organización; Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República de Cuba y coordinador nacional de los CDR; Deivy Pérez Martín, primera secretaria del Partido en Sancti Spíritus, y Alexis Lorente, gobernador de esa provincia, entre otros dirigentes, se resaltó el coraje y la determinación del agente el Enano, seudónimo con el que era conocido en la Seguridad del Estado, quien se enfrentó solo a los bandidos, con sus convicciones revolucionarias como únicas armas.
En nombre de los jóvenes combatientes del Minint, el primer teniente Lázaro Cabrera Moreno, declaró el orgullo de ser parte de una generación que sigue el ejemplo de Alberto y defiende la soberanía de Cuba. “Estamos hoy en un lugar sagrado de la patria para recordar a uno de sus hijos más valiosos, de estirpe mambisa y rebelde, al que no pudieron arrancarle una sola palabra y murió como los héroes, sin revelar su misión”, manifestó emocionado.
Como parte de la ceremonia, que contó también con poetas y trovadores, fueron entregados carnets de militantes del Partido Comunista de Cuba a compañeros destacados de varios sectores; mientras Gerardo Hernández entregó la medalla Escudo invisible al capitán Dayron Jiménez Pimienta, por sobresalir en el desempeño de sus misiones.
Al pronunciar las palabras centrales del acto, Julio Luis Jiménez López, miembro del Buró Provincial del Partido, reseñó pasajes de los sucesos entre la noche del 28 y la madrugada del 29 de abril, cuando los bandidos se presentaron en la casa de Alberto, lo capturaron y, después de golpearlo salvajemente, lo colgaron de una guásima en las proximidades del río Guaurabo, en las afueras de Trinidad.
“El hombre de Maisinicú, como se le conoció por administrar la finca homónima durante su etapa de infiltrado contra el bandidismo, tuvo que esperar tres años para que su nombre resurgiera del anonimato. Apenas unos días antes de su deceso, sus acciones habían posibilitado la captura de connotados bandidos, apresados gracias a la operación Trasbordo. El 28 de abril de 1967, El Enano emergió del silencio y se le rindieron los honores que merece un héroe que cayó en defensa de su patria”, dijo.
Tomado de Cubadebate