Florida, 11 mar.- Lázaro Peña González dio los primeros pasos en el sindicalismo organizando protestas contra los bajos salarios en el sector tabacalero; hombre de extraordinaria inteligencia y calidad humana, militó en las filas del clandestino Partido Comunista desde 1929 y tuvo el mérito de crear la Confederación de Trabajadores de Cuba 10 años después.
Sufrió prisión en varias ocasiones por su actividad contra la tiranía de Gerardo Machado, y en 1934 fue elegido miembro del Comité Central del Partido Comunista, contribuyó a organizar al movimiento obrero en su enfrentamiento a los desmanes de los gobiernos de turno y fue secretario general del Sindicato de Tabaqueros, e integrantes del Comité Ejecutivo de la Confederación Nacional Obrera de Cuba.
Lázaro Peña estuvo al frente de la Confederación Nacional Obrera de Cuba durante la huelga de marzo de 1935; en 1939 fue elegido secretario general de la Confederación de Trabajadores de Cuba; fue delegado a la Asamblea Constituyente de 1940.
Su labor a favor de la unidad de los obreros del mundo lo llevó a al fundar la Confederación de Trabajadores de América Latina, con sede en México, y en 1945, al constituirse la Federación Sindical Mundial, estuvo entre sus fundadores y ocupó, además, la responsabilidad de secretario y, posteriormente, vicepresidente de su comité ejecutivo.
En 1959 fue reelegido secretario de la CTC y en 1965, resultó electo miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, cargos que mantuvo hasta su muerte.
Ya enfermo de una grave dolencia, dedicó sus esfuerzos a organizar el XIII Congreso Nacional Obrero, del cual no pudo ver la aplicación de sus acuerdos, pues, murió antes, el 11 de marzo de 1974.
Tal fue su consagración a las labores sindicales, que tras su muerte el Comandante en Jefe Fidel Casto Ruz afirmó: “Inútil era rogarle que moderara sus esfuerzos y atendiera su salud. Era lo único en que este militante modesto, dócil y disciplinado, desatendió los ruegos de sus compañeros y las exhortaciones de su Partido (…) No venimos propiamente a enterrar a un muerto, venimos a depositar una semilla”.