Florida, 19 ene.- La comercialización agropecuaria directa, desde la finca del productor a las manos del pueblo, constituye hoy la variante más eficaz de control de precios y satisfacción de una parte de la demanda alimenticia de amplios grupos de personas con menores ingresos en la actual coyuntura.
Así lo demuestra por estos días la creciente popularidad y aceptación de la comercialización de tomates del agricultor Fidencio Rodríguez Maya, de la Cooperativa de Producción Agropecuaria Carlos Díaz Cervantes, de Florida, efectuada en diferentes entidades y centros laborales de la ciudad, con precios significativamente inferiores a los impuestos por especuladores y puntos de venta acogidos a la mal llamada oferta y demanda.
Múltiples voces de reconocimiento y criterios positivos se escuchan alrededor de esta oferta que se mueve ahora mismo entre los 80 y 100 pesos por libra de tomate escogida por el propio consumidor.
Corresponde al Gobierno y al sistema de la Agricultura organizar el control de las cosechas, definir destinos y facilitar la venta agropecuaria de forma que llegue a la población sin esa cadena de intermediarios que enriquece a quienes menos aportan, desalienta al campesino y precariza el bolsillo de los trabajadores.