Florida, 11 ene.- La actual situación económica del país, las limitaciones para el acceso a recursos de primera necesidad y el empeño de sostener una sociedad centrada en el bienestar humano demandan prestar, de ahora en adelante, la máxima atención a los grupos, familias y personas más vulnerables del municipio de Florida.
En este ámbito se incluyen, sobre todo, adultos mayores con ingresos mínimos para el sustento diario, enfermos crónicos y ancianos sin respaldo familiar o en situación de discapacidad, los cuales precisan seguimiento, preocupación y amparo institucional, comunitario y estatal con el propósito de ofrecerles medios y herramientas para mantener la mayor calidad de vida posible.
Esa tarea corresponde, sobre todo, a los trabajadores sociales con la estructura de apoyo oficial que representan, pero debe unir, con mayor amplitud y protagonismo, al resto de los actores del barrio y del municipio en la reducción de brechas que impiden a personas en desventaja social disfrutar de una existencia digna y sustentable.
Elevar el intercambio colectivo de los delegados con sus electores, promover acciones de solidaridad entre vecinos, echar a andar las estructuras de las organizaciones sociales en los barrios y multiplicar la fiscalización gubernamental en el cumplimiento de las políticas de asistencia y protección social son claves en el presente año.
Cuando se habla de un municipio y de un país que pretende avanzar y reforzar el proyecto socialista «con todos y para el bien de todos», como lo soñó José Martí, esa convicción implica saber cómo sobrevive, qué come, dónde duerme, qué piensa, qué hace o quién cuida a cada uno de los 69 mil habitantes de la demarcación floridana en tiempos de unidad y salvación colectiva.