Florida, 6 ene.- El municipio de Florida cerró el 2023 con una tasa de mortalidad infantil en menores de un año muy por encima de la media nacional.
Ese resultado adverso demanda, en el nuevo periodo, prestar mayor vigilancia a los numerosos indicadores del Programa de Atención Materno Infantil (PAMI), desde la familia y la comunidad hasta las instituciones, servicios y especialidades afines dentro del sistema de Salud Pública, con el objetivo de enfrentar fallas naturales, ambientales y humanas en el proceso de gestación, el parto y cuidados del recién nacido.
Elementos claves como la consulta preconcepcional y la captación temprana del embarazo; evitar la fecundación en las edades adolescentes, respetar el cronograma de atención prenatal y mantener control de las enfermedades de riesgo para el desarrollo del feto, exigen, sobre todo, responsabilidad familiar, materna y de la pareja ante la determinación de procrear un nuevo ser.
Le corresponde, asimismo, a la Atención Primaria de Salud fiscalizar en el barrio la calidad de vida, garantías de nutrición y estabilidad emocional de la embarazada y del recién nacido, en tanto, al resto del sistema de asistencia médica le interesa extremar la vigilancia sobre los factores del riesgo secundario que tributaron al incremento del número de infantes fallecidos en el municipio de Florida antes de cumplir el primer año.
El Programa de Atención Materno Infantil constituye una de las conquistas más preciadas del sistema de Salud Pública en Cuba al constituirse como medidor del desarrollo y bienestar humano, y por ello en cada lugar cuenta con pleno respaldo político, del Gobierno y del resto de los actores de la sociedad.