Florida, 3 ene.- Los obstáculos que impone a Cuba desde hace más de 60 años el bloqueo económico, comercial y financiero estadounidense serán difíciles de sortear si falta la organización, control administrativo y la eficiencia empresarial en los sectores productivos.
Las privaciones que provocan las restricciones impuestas al país a través de esta política de asedio imperial pesarán más y sobre un mayor número de cubanos si falta la exigencia y la fiscalización gubernamental para garantizar justicia social en la distribución y venta de los pocos alimentos y productos de primera necesidad disponibles.
En tiempos de contingencia económica, de escasez de recursos y de tan pocas posibilidades de acceso a financiaciones internacionales para invertir a causa del recrudecimiento del bloqueo norteamericano, no puede permitirse por ningún motivo irracionalidad en el uso de los insumos y las finanzas, y mucho menos que se desvíen de su destino productivo.
En el proyecto que se edifica en la Cuba socialista, dónde se sueña construir una nación más justa, próspera y sustentable, no deben tener cabida los privilegios para unos pocos, ni la impunidad de aquellos inescrupulosos que lucran a costa de las necesidades de la mayoría de la población.
Un obstáculo para el desarrollo de la magnitud del bloqueo estadounidense contra Cuba, solo se podrá resistir y sortear con mucha solidaridad, patriotismo y compromiso de la población, con mayor eficiencia productiva, control administrativo sobre los recursos y más autoridad estatal para velar por la equidad y la justicia social que conquistó la Revolución cubana, como sentenció Fidel Castro Ruz: “De los humildes, por los humildes y para los humildes”.