La Habana, 10 nov.- Poderosa y capaz de hacer estremecer al auditorio con sus numerosas piruetas y prolongados balances en una punta, así ha descrito la crítica mundial a la primera bailarina cubana Viengsay Valdés, quien hoy está de cumpleaños.
- Por: Dai Liem Lafá Armenteros
- Fotos: Panchito González
Desde 2020 Valdés (La Habana, 10 de noviembre de 1976) fue nombrada directora general de Ballet Nacional de Cuba, responsabilidad que lleva con orgullo según ha declarado y que significa un gran compromiso con el legado de los fundadores de esta institución: Alicia Alonso, Fernando Alonso y Alberto Alonso.
La artista, además de su liderazgo como alto exponente de la escuela cubana de ballet, continúa cimentando una carrera que le ha valido premios y reconocimientos en numerosas naciones donde la danza en puntas tiene cuna y sólida tradición.
Ya desde 1998, y antes incluso, destacaban elogios de la crítica especializada a sus interpretaciones de diversas piezas baletísticas. De ella se dijo que posee la cualidad atribuida a la escuela cubana de ballet de no mostrar esfuerzo ni efectismo, y brillar en sus equilibrios en arabesque, con su delicado port de bras y seguridad deslumbrantes.
En el año 2002, Julia Martín en el diario español El Mundo expresó: «Viengsay Valdés es el nombre que correrá de boca en boca en esta temporada cubana. Al menos, así lo augura su primera actuación en la noche del estreno de El lago de los cisnes». «Valdés ya estaba entre las mejores otros años. Con rasgos físicos de bailarina antigua, modelada su expresividad desde el pecho hasta la cabeza, y con una seguridad técnica y teatral pasmosa, se impuso con la impronta de una diva», significó la especialista.
Al seguir dando muestras de ser una bailarina en constante evolución, ya en 2006 la experta Sarah Crompton, en el diario británico The Daily Telegraph, destacaba de Viengsay: «en el ballet Don Quijote, los balances de ella son interminables y triunfantes sostenidos; sus giros son tan rápidos que se pierde el momento en que empezaron», significó.
Por su parte en 2010, después de apreciar esa misma obra, Jill Sykes escribiría en The Sidney Morning Herald, de Australia, que «Viengsay Valdés está considerada una de las grandes Kitri de esta época, y créame que es así», aseveró.
En Cuba el crítico de arte Tony Piñera, en el periódico Granma, reflejó en 2017 tras una actuación que la citada artista cubana «…entregó una de sus mejores Giselle. Contenida al máximo, exhalando el alma en cada paso, seduciéndonos con el mesurado baile: hermoso y discretos balances, gestos…».
«Bordó su actuación de una intensa espontaneidad, y un hálito particular para hacernos vibrar al extremo en su locura/muerte, y en toda la función», relató Piñera.
Una y otra vez en años posteriores la crítica siguió reconociendo el virtuosismo de la primera bailarina y actual directora del BNC, especialmente su rol de Kitri.
En 2018 Karoline Kelemen, del DC Metro Theatre Arts, en Estados Unidos, publicó que en el ballet Don Quijote «la sonriente Valdés transmitió una Kitri instantáneamente agradable desde su primer Grand Jete, casi sentándose en el aire mientras la multitud jadeaba».
Ese propio año Martiza Gueler, de la Revista Danza hoy, en Estados Unidos, expresó al verla en dicho ballet: «Viengsay Valdés, una de esas bailarinas que en este mundo […] parecería un ave en vías de extinción, hizo un gran despliegue de destreza técnica. Capaz de mantener interminables equilibrios, dar la velocidad justa a sus giros y saltos, jugar con la actuación metiéndose en la piel del personaje y vivirlo como propio, Valdés deslumbra a la platea con cada movimiento».
Y agregó: «su fuerza, su entusiasmo y su energía, hacen que su Kitri se devore la escena».
La web oficial del BNC da cuenta de estas favorables críticas que a lo largo del su carrera ha recibido Valdés encarnando roles de clásicos danzarios.
Su excelencia le ha valido, entre otros lauros, altas distinciones que otorga el Ministerio de Cultura de Cuba.
Ha sido artista invitada del Ballet de Washington, en Estados Unidos, el Ballet Concierto de Puerto Rico, el Joburg Ballet de Sudáfrica, el Bolshoi y el Mariinski, de Rusia, entre otras compañías.
Además fue reconocida como Patrona de Honor de la Fundación Cultural Don Pelayo de Oviedo, España; recibió la investidura Honoris Causa que otorga la Universidad de Guadalajara de México; y ha sido miembro del Consejo Internacional Danza (CID) de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
En septiembre de 2020 obtuvo, en Italia, el Premio Positano de la Danza «Leonide Massine», en la categoría de Mejor Bailarina en la escena internacional, y recientemente integró el jurado de la edición 2023 del Prix Benois de la Danse, uno de los más importantes del mundo y considerado el Oscar de la danza.
Tomado de Prensa Latina