Florida, 27 sep.- Impulsar y materializar el incremento de la producción agropecuaria, en medio de la actual situación económica del país, escaló hasta el primer peldaño en la lista de prioridades de la dirección política y gubernamental de la provincia de Camagüey y de este municipio, las cuales no desmayan en la búsqueda de consenso entre los agrarios y en la convocatoria a no rendirse jamás ante las dificultades.
La visita semanal a varias entidades productivas de la agricultura tradicional y de las empresas azucareras demuestran aquí cuanto falta por hacer en la mayoría de las cooperativas cañeras y agropecuarias vinculadas al sistema empresarial del territorio, y evidencia, asimismo, la voluntad de otros para imponerse ante las carencias, buscar alternativas y salir adelante por la senda del esfuerzo, la unidad y el sí se puede, en cualquier lugar.
En esos recorridos por los campos e instalaciones de las Unidades Básicas de Producción Cooperativa de Argentina y de Agramonte se han escuchado las quejas y justificaciones de aquellos que, con o sin recursos, hicieron y hacen bastante poco por recuperarse del abismo productivo, y a la vez nos encontramos con gente activa, dispuesta a batallar, con resultados y parcelas sembradas de viandas y de optimismo, abonadas con la vergüenza y el deseo de contribuir al bienestar del pueblo y de los propios trabajadores y sus familias.
Ya lo dijimos una vez, pero lo repetiremos mil si fuera preciso: Allí donde persistan el descontrol, el desorden, la desorganización de las tareas, el saqueo y el robo de los recursos y las producciones, la indisciplina laboral y el compadreo y la corrupción administrativa, junto al silencio y la complicidad del colectivo, jamás será posible sembrar caña o cultivos varios, diversificar las capacidades de ingreso financiero, implantar respeto, cohesionar a los hombres o garantizar el salario de la gente.
Dónde hay vergüenza en abundancia, crecen el boniato y la calabaza y los cañaverales se alimentan con el sentido de pertenencia y con el amor de quienes aprovechan bien el tiempo, los pocos insumos y los créditos concedidos por el banco para sacar provecho a la tierra.
El Partido y el Gobierno de Florida se multiplican hoy más que nunca para llegar al surco, a la finca, a la vaquería y al corazón de los agricultores del municipio para escucharlos, apoyarlos y comprometerlos con el programa de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional del territorio.
Y si alguien les preguntara con qué se cuenta aquí para duplicar la obtención, el acopio y la comercialización agropecuaria, la respuesta debe ser una bien contundente: ¡Con la misma vergüenza y con el mismo patriotismo conque Ignacio Agramonte y sus mambises harapientos y con pocas armas defendieron la Revolución del 68 en los campos camagüeyanos!