Junio, 20205.- El 26 de junio de 1958, fuerzas rebeldes dirigidas por Belarmino Castilla Mas (Aníbal), atacan dos cuarteles del centro minero de Moa con el objetivo de trasladar a territorio del Segundo Frente Oriental Frank País a un grupo de norteamericanos; estas acciones marcaron el inicio de la “Operación Antiaérea” ideada por el entonces comandante Raúl Castro Ruz e incluida en la Orden Militar No. 30.
La operación tenía el propósito de dar mayor repercusión mundial a la denuncia de que Estados Unidos ofrecía ayuda militar a la dictadura de Fulgencio Batista, por lo que se dispuso la detención de todos los ciudadanos norteamericanos hombres que residían en los puntos indicados en la instrucción; también se emitieron instrucciones en la que precisaban los métodos que se debían seguir en el proceso con énfasis en el trato respetuoso.
El jefe del Segundo Frente tenía suficientes pruebas de que los aviones de Batista, arrojaban bombas de napalm y rockets, sustancias criminales suministradas por Estados Unidos y pertrechados desde la Base Naval de Guantánamo; en los últimos días del mes de mayo, Raúl Castro recibió una foto y documentos de gran importancia de manos del Departamento de Inteligencia Rebelde que lo probaban.
Teniendo tan excepcionales pruebas Raúl decidió capturar ciudadanos norteamericanos con el objetivo de impedir que continuaran los bombardeos estando los prisioneros en la zona rebelde; estos fueron los dos grandes objetivos de la Operación Antiaérea en Segundo Frente.
Durante la acción hubo un total de 49 apresados, de ellos 29 Infantes de Marines, 29 detenidos en La Sombrilla, Guantánamo, y el resto eran empleados de las compañías: United Fruit Sugar, Moa Bay y Nicaro Níckel; también se produjo la toma del centro industrial minero de Moa y del cuartel de la guardia rural de ese poblado.
La Operación Antiaérea en Segundo Frente tuvo un gran impacto en la opinión pública nacional e internacional, logró el objetivo de frenar las operaciones aéreas que destruían al territorio y causaban muchas víctimas en la población civil; el ataque a los cuarteles en Moa fue el único combate desarrollado ese día, en el que perdió la vida el capitán Pedro Soto Alba.
Al despedir su duelo Raúl calificó al fallecido como “el más alto símbolo de la responsabilidad de la generación” y prometió en su entierro en las márgenes río Sagua cuando se ganara la guerra la planta de níquel de Moa llevaría el nombre de Pedro Sotto Alba.
