Diciembre, 2024.- Fue el 22 de diciembre de 1961, en una grandiosa concentración efectuada en la Plaza de la Revolución José Martí, cuando el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz proclamó a Cuba como primer territorio de América libre de analfabetismo, luego de la colosal batalla contra la incultura llevada a cabo en todo el país por los brigadistas Conrado Benítez, los alfabetizadores populares y los maestros voluntarios.
Esta tuvo sus antecedentes en las guerras de independencia contra el colonialismo español, cuando se realizaron los primeros esfuerzos por alfabetizar a los soldados mambises en la manigua insurrecta; años después en las filas del Ejército Rebelde, durante la guerra de liberación se fomentó la enseñanza de letras y números a los combatientes y los campesinos.
Al triunfo de la Revolución en 1959, la tarea de enseñar a leer y escribir adquirió máxima prioridad en una nación que tenía un 23,6 por ciento de analfabetismo, y el 26 de septiembre de 1960, en el XV Periodo de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, Fidel se comprometió a erradicarlo de Cuba en un año; labor que muchos creyeron imposible en el contexto hostil a que estaba sometido el pueblo cubano.
Sin embargo, la de la alfabetización fue una campaña revolucionaria que permitió erradicar la ignorancia y facilitar el acceso universal a los distintos niveles de educación de manera gratuita; llevar la luz de la enseñanza a los más apartados rincones del país costó la vida del maestro voluntario Conrado Benítez García y el campesino Eliodoro Rodríguez Linares, asesinato al que la revolución respondió con la movilización de miles de educadores populares.
En general se reportaron en ese año 21 muertos y 26 heridos en actos terroristas dirigidos contra la alfabetización, la enseñanza y la cultura; fueron incendiadas 47 escuelas; y otros 48 lesionados en sabotajes a teatros y salas cinematográficas como resultado de la acción criminal de vándalos patrocinados por los enemigos de la Revolución y la Agencia central de Inteligencia norteamericana.
Años después de concluida la épica batalla popular contra la incultura una delegación de la Unesco visitó La Habana con el objetivo de estudiar los métodos utilizados para erradicar el analfabetismo, y en su informe final expresó: “La Campaña no fue un milagro, sino una difícil conquista, lograda a fuerza de trabajo, de técnica y organización”.
En eterno homenaje a este acontecimiento que situó a Cuba entre las naciones de más bajo índice de analfabetismo en el mundo, la fecha del 22 de diciembre quedó instituida como el Día del Educador cubano.