Julio, 2024.- “Modelo de paciencia y patriotismo” fue el calificativo que José Martí le dio a Magdalena Peñarredonda Doley, una de las patriotas más dinámicas de la Guerra de Independencia, intelectual revolucionaria, valiente periodista, conspiradora y correo del Ejército Libertador, que siendo una adolescente comienza a escribir artículos que se publican en el periódico El Criollo.
Nacida el 22 de julio de 1846 en Quiebra Hacha, Mariel, Artemisa, desde 1893 conspiraba contra el poder colonial español; un artículo suyo de marcado carácter independentista la obligó a salir de Cuba y vincularse a la emigración, donde recogía dinero, medicinas, distribuía correspondencia, realizaba labores de inteligencia y de información, entre otras importantes acciones durante los preparativos independentistas.
Al estallido del 24 de febrero, Antonio Maceo la nombró Delegada del Sexto Cuerpo del Ejército Libertador, y representó a los patriotas de Occidente ante la Junta Revolucionaria de La Habana; tras la muerte del Titán de Bronce continuó cooperando con su sustituto, el general Mayía Rodríguez; y aunque sufrió prisión en la Casa de las Recogidas mantuvo siempre en alto su espíritu rebelde y se dedicó a la defensa de las mujeres presas.
Cuando termina la Guerra Necesaria le otorgan el Grado de Gracia y nombran Comandante del Ejército Libertador a esta insigne patriota que tuvo entre sus profesores a Enrique José Varona; desde 1912 y 1913 colabora con el periódico La Noche, donde enfocó sus campañas a favor del sufragio para la mujer y en defensa de la patria ultrajada.
A partir de 1932 ocupa diferentes cargos en los distintos gobiernos, siempre criticando y denunciando los desmanes cometidos por cada uno y estableció en su hogar una tertulia literaria a la que asistían personalidades como Manuel Sanguily, Alfredo Zayas y Alfonso y Julián del Casal.