Noviembre, 2025.- La noticia del fallecimiento del escritor floridano Rubén Faílde Braña, quien fue nombrado Hijo Ilustre de la ciudad por su invaluable aporte a la cultura local y nacional ha resonado en la memoria del pueblo.
Miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, Faílde también recibió la distinción Espejo de Paciencia, el mayor reconocimiento que entrega la Dirección Provincial de Cultura de Camagüey.
A la edad de 84 años dejó un legado literario que incluye 11 libros publicados; fue merecedor de importantes reconocimientos nacionales e internacionales, donde sobresale el Premio Internacional de Poesía Odón Betanzos Palacios, de Huelva, España, obtenido en el año 2003.
Su libro El frío de la llama mereció el premio de poesía Emilio Ballagas, entre otros, que resaltan su aporte en favor de la Literatura y la Cultura Nacional.
Faílde fue profesor de Español y Literatura, antólogo, narrador y poeta, pero sobre todas las cosas un ser humano que amó mucho.
Su obra, no pocas veces criticada, muestra el amor real, sin máscaras, con sus luces y sombras. Cada página que escribió fue un reflejo de su vida, de sus luchas y anhelos.
Escucharlo hablar sobre literatura o sobre la vida cotidiana, con su voz suave y pausada, siempre era extraordinario, su apego a la escritura y su increíble humildad no le permitió alejarse de espacios como el taller Literario Gertrudis Gómez de Avellaneda de Florida, ofreciendo siempre colaboración a los poetas noveles. Demos paso a la palabra fue la peña que por años mantuvo para los amantes de la literatura, participaba en otros escenarios como la peña Ventana a las Letras de la Asociación Hermanos Saiz, donde con mucho gusto mostraba su obra e intercambiaba opiniones sobre temas cotidianos, con las nuevas generaciones.
Con su obra Rubén Faílde Braña nos muestra la importancia de contar nuestras historias, para dar voz a quienes no la tienen y la necesidad de vivir y amar sin límites.
Su legado perdurará en el tiempo y se mantendrá vivo, en cada lector que se sumerja en sus libros.
Descanse en paz, querido Faílde.

