Fidel Castro frente a todos los peligros

La Habana, 8 ago.- Cercano a cumplirse los 99 años de su natalicio, el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, continúa siendo hoy un símbolo internacional de resistencia y valentía ante todos los peligros

En 1952, el periódico Alerta publicó un artículo dirigido al Presidente de la República en el que era acusado de traición a la Patria, prostituir el espíritu de la gracia presidencial, fomentar el latifundio y mixtificar y rebajar la función de las fuerzas armadas. Quien firmó la denuncia fue Fidel Castro.

Con apenas 25 años, el tenaz abogado siguió la doctrina ortodoxa de Eduardo Chibás y comenzó una actividad que estaría ligada a su actitud y convicciones: poner la pluma al servicio de la causa y divulgar desde cualquier frente lo que creía justo.

Múltiples retos y epopeyas vendrían luego y con ellos otros espacios en los que el filo de su oratoria hizo temblar a los enemigos de la isla.

La Organización de Naciones Unidas (ONU) resultó más tarde uno de los escenarios propicios para exponer sus ideas. A ese podio retornó en 1979 como Presidente de Cuba y del Movimiento de Países No Alineados.

«Tengo un chaleco moral, es fuerte, ese me ha protegido siempre», aludió en la víspera de aquel momento, cuando mostró su pecho al descubierto para desmentir a quienes lo creían portador de un chaleco a prueba de balas.

Tiempo después, Fidel volvió a sorprender a los medios de comunicación en el año 2000, cuando cubrió con un pañuelo el contador que mide el tiempo de los discursos en la Asamblea General. Fue esta la última intervención que hizo ante la ONU y se concentró en reclamar valientemente la reestructuración del Consejo de Seguridad. Asimismo, alertó sobre la necesidad de la independencia en los nuevos tiempos que se avecinaban.

Su coraje le permitió desenmascarar al imperialismo en muchas ocasiones. Además de su pensamiento político, sobresale como uno de los mayores exponentes del arte militar a nivel mundial debido a su liderazgo y capacidad para combinar métodos tácticos.

Ante la agresión de Playa Girón, adoptó medidas urgentes para proteger a la población, las tropas y los principales objetivos militares y económicos. Igualmente, durante la Crisis de Octubre no claudicó ante la amenaza nuclear, sino que reafirmó sin titubear la postura de la Revolución.

Por otra parte, estar al lado de las masas en circunstancias de catástrofe engrandece la estima de su pueblo. Así lo mostró durante el paso del ciclón Flora en 1963, cuando estuvo todo el tiempo al frente de las operaciones de auxilio a los damnificados y procuró llegar al lugar de mayor peligro.

Su presencia ante los eventos de agosto de 1994 constituyó otro impacto. Junto al pueblo salió al paso a los contrarrevolucionarios que, pagados por Estados Unidos, crearon disturbios en las principales calles de La Habana.

En una comparecencia ante la Televisión Cubana y las ondas internacionales de Radio Habana Cuba afirmó: «Aun a riesgo de que me pudiera ganar algunas críticas yo consideré mi deber ir donde se estaban produciendo esos desórdenes. Si realmente estaban lanzando algunas piedras y había algunos disparos yo quería también recibir mi cuota de piedras y disparos».

A 99 años de su natalicio, el líder histórico de la Revolución Cubana continúa siendo un símbolo internacional de resistencia y valentía ante todos los peligros.

Así quedó patentado en las palabras que dirigió a George W. Bush durante su mandato en la presidencia estadounidense: «Puesto que usted ha decidido que nuestra suerte está echada tengo el placer de despedirme como los gladiadores romanos que iban a combatir en el circo: ‘Salve César, los que van a morir te saludan’. Solo lamento no poder siquiera verle la cara, porque en ese caso usted estaría a miles de kilómetros de distancia, y yo estaré en la primera línea de combate para morir combatiendo en defensa de mi Patria».

Tomado de Prensa Latina

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