Ciudad de Guatemala.- El Gobierno del presidente Bernardo Arévalo encontró al parecer un respiro en el segundo trimestre de 2025, según los resultados disponibles de una encuesta de percepción a 80 líderes de opinión de Guatemala.
Elaborada recientemente por la firma local especializada en análisis político Diestra, la consulta subrayó el surgimiento de liderazgos dentro del Ejecutivo, lo cual favoreció que la atención no se concentre en el mandatario, evitando así un mayor desgaste.
Falta por ver si este respiro en la valoración (a 18 meses de la llegada al poder) es un parteaguas o solo una pausa en la caída estrepitosa que tuvo la imagen del jefe de Estado chapín, remarcó el texto.
Este último diagnóstico reconoció más logros tangibles, comenzaron a plantearse algunos éxitos de la actual administración, aunque aún prevaleció entre los entrevistados la percepción de incapacidad para afrontar los temas prioritarios.
Para muchos de los participantes en el estudio aparece una luz al final del túnel, mientras encomiaron el remozamiento de escuelas, la apertura de nuevos centros de salud y la firmeza para enfrentar las presiones.
Además, elogiaron la actitud ante demandas del Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala (STEG) -con casi 80 días de huelga-, el lanzamiento de las licitaciones de generación y transmisión de energía eléctrica, y la reactivación en ciertos proyectos de infraestructura.
A pesar del aislamiento político y la fragmentación institucional, mencionaron un ímpetu renovado por parte del Gobierno, una voluntad de transformación que intenta salir de la narrativa para materializarse en hechos.
SOBRE LAS CRISIS
El estudio, que se realiza cada tres meses y al que tuvo acceso la agencia Prensa Latina, advirtió que no todas las crisis son iguales y descartó que las surgidas en la etapa analizada fueran tan agudas como las anteriores, ni la reacción tan mal evaluada.
Comparó el rechazo mediante bloqueos de vías al seguro obligatorio para vehículos (a mediados de marzo pasado), muy mal valorado, con el enfrentamiento ante el STEG que produjo otras reacciones, más apoyos para la gestión de Arévalo y su equipo.
Persiste o muta la crisis de la infraestructura, así como la de seguridad, que escala en relevancia ante el aumento de la violencia en este trimestre.
Como principales preocupaciones, la encuesta reflejó la capacidad del Ejecutivo para ejercer el poder efectivamente, aparte de que persiste el criterio de un entorno tenso, matizado por fricciones internas y externas.
Asimismo, debilidad de liderazgos en los equipos técnicos, escasez de alianzas en el Congreso y un acoso constante por parte de los opositores.
En ese contexto, de acuerdo con los participantes, emerge el temor de que el proyecto del partido Movimiento Semilla quede atrapado en una dinámica de desgaste, ya sea enfrentando al sistema de justicia o paralizado por inexperiencia y limitaciones operativas.
También describieron como inquietud la falta de una visión coherente para el país, la incapacidad de conectar con el ciudadano común y la lentitud para traducir las promesas en políticas públicas transformadoras.
La escasa ejecución en temas prioritarios alimenta la incertidumbre, agregaron, en tanto crece el riesgo de que el Ejecutivo se vea reducido a una constante lógica defensiva, aislado y sin apoyos.
Todo esto –acotaron- de cara a la gran batalla institucional del próximo año, cuando se decidirá si el sistema político nacional se renovará o quedará enfrascado en el estatus quo del cual los votantes quieren verlo salir.
Esta será la gran prueba para Arévalo, consideraron, la que determinará si cumplirá o no la razón principal por la que fue electo en agosto de 2023.
FORTALEZAS Y DEBILIDADES A partir de los juicios obtenidos, entre las fortalezas de la administración de Arévalo figura el respeto institucional: frente a los ataques políticos resistió y mostró apego al orden y a los mecanismos formales de la Legislación.
En este tiempo surgieron los liderazgos de funcionarios como la ministra de Educación, Anabella Giraccca, y del canciller Carlos Ramiro Martínez, a quienes resaltaron actitud firme, técnica y valiente frente a las crisis presentadas.
Los entrevistados distinguieron igualmente que el Gobierno mantuvo espacios abiertos de diálogo con diversos sectores, algo calificado de sensato y necesario en un contexto polarizado.
Particularizaron en la intención de transparencia, una diferencia notable respecto a gobiernos anteriores. Negaron que se observen escándalos graves de corrupción, y resaltaron voluntad de hacer las cosas bien.
En cuanto a las debilidades, los resultados del diagnóstico destacaron la fragmentación política: la ruptura de Semilla, las divisiones internas dentro del oficialismo y la falta de una coalición política sólida en el Congreso.
Los participantes reiteraron la carencia de decisión y liderazgo desde el Ejecutivo, con un presidente bien intencionado pero con poca capacidad de tomar decisiones clave.
Manifestaron lentitud en la ejecución y en la operación ministerial, atribuida a inexperiencia, mala planificación y temor a cuestionamientos.
Tildaron de débil a la comunicación, “poco estratégica, carente de narrativa coherente y sin claridad en los mensajes”.
Recriminaron al Ejecutivo por su fragilidad frente a opositores, pues no logró ganar el pulso al Ministerio Público ni a la Corte de Constitucionalidad, ni presentó una estrategia clara frente a la criminalización.
Sobre el mandatario, el balance que ofrecieron las voces consultadas es que genera simpatía, pero no conducción; representa un símbolo, pero no una solución.
La expectativa de cambio sigue viva en Guatemala, pero la paciencia corre su curso, sentenció el estudio realizado por la firma Diestra.
Tomado de Prensa Latina